Friday, August 29, 2008

TRAVESURAS DE LA NINA MALA de MARIO VARGAS LLOSA




El mismo título de la última novela de Mario Vargas Llosa da un buen indicio de lo que es: un libro malo que bien podria haberse titulado “Las divagaciones de la novela Mala”

Tipo de producto: Novela de una narración lineal y predecible, de entretenimiento light y pedestre.
Esta última novela de Mario Vargas Llosa, no me ha gustado, me ha chocado, no tanto por su argumento tragicómico (recordemos Pantaleón y las visitadoras o La tía Julia y el escribidor), sino porque su estilo narrativo en esta obra es mucho más convencional, y mas comercial. Esto no seria necesariamente malo si viniera de un pseudonarrador o de un autor menor, pero viniendo de Mario Vargas Llosa, molesta y decepciona.
En sus libros anteriores solia dejar fluir el texto narrativo y el diálogo en un solo plano, haciendo que el lector no interrumpiera su lectura para pasar al plano del directo, procurando, con este recurso, que el lector se sumerjiera en la historia hasta el punto de que la narración y el diálogo integrado en ella lo envolvieran como si se tratase de un testigo mudo, participante del relato. Desafortunadamente este estilo tan vargasllosiano no se encuentra aquí, en Travesuras de una niña mala.

Estructura de la novela: El libro se divide en siete capítulos, cada uno de los cuales tiene como escenario una gran ciudad con ciertas particularidades históricas: el París revolucionario sesentero, el Londres rompedor de prejuicios de los setenta, Tokio con toda la tecnología puesta al servicio del placer, Madrid con ese crisol de culturas y artistas que es Lavapiés, y entremezclado entre todos los escenarios históricos la historia reciente de Perú, desde los años 50 hasta el gobierno de Alan García que llega a 1990. Me causa mucha gracia las lecciones de historia socioeconómica peruana que pretende darnos y sobretodo las críticas que hacen evidente la consabida rivalidad política del gran escritor con el presidente Alan García).

El tema central es el amor obstinado y casi masoquista de un hombre aburrido y sin ambiciones, por una mujer inescrupulosa y escurridiza que entra y sale de su vida de maneras inverosimiles durante mas de 40 anos, los que van de la adolescencia temprana del personaje hasta la vejez. Cuarenta años, aproximadamente, en que Ricardo tiene dos obsesiones. una cumplida: vivir toda (o casi) toda su vida en París, y otra inalcanzable: “la niña mala” Que tal el apodito?

Protagonistas:

Ricardo: Un hombre esclavizado, no tanto por la niña mala, sino por sí mismo; es víctima de una obsesión en realidad vacía, inmotivada, turbia pero sobretodo insustancial. En el fondo no sabemos nunca por qué razón Ricardo amará toda su vida (intermitentemente, eso sí), a esta niña, joven, mujer madura, vieja, que se le va presentando siempre con una característica indiferencia hacia él, con un distanciamiento no disimulado, manipulándolo claramente y con un evidente desprecio hacia lo que él es y sobre todo, valorándolo (negativamente), por lo que no tiene: dinero, poder, glamour e incluso, crueldad.

La nina mala: Mujer supuestamente llena de energía interior, pero sin la menor carga de psicología que resulta irritnte, anda por la novela como personaje enloquecido sin llegar a ningún punto, es decir, un personaje que jamas seduce.
Apareció en la vida del protagonista cuando era niña (fingiendo ser chilena), a la que reencontró en París como proyecto de guerrillera, que fue después esposa de un funcionario de la UNESCO para más tarde asumir la identidad de mujer de un rico criador de caballos inglés, y que terminó siendo la prostituta y la mula de un gángster japonés que la maltrata espantosamente y la hace pasar por las aduanas de medio mundo llevando vaya usted a saber qué. A pesar de aparecer en toda la novela, no acaba de encarnarse ante mis ojos de lectora más que como un ente, una mitómana, una mujer sin hondura emocional que se pasea por Perú, París, Newmarket, Tokio, y Madrid para torturar a ese pobre muñeco o marioneta al que, significativamente, llama “pichiruchi”.

Estos tropezones amatorios presentan no sólo diálogos ataviados de frases entonadas, sino que están precedidos de una reiterada adjetivación: “niña mala”, niño bueno”, el famoso, vomitable y repetitivo “pichiruchi”, ex chilenita, ex guerrillera, ex Madame Arnoux, ex Mrs. Richardson, ex Kuriku” sinceramente provocan una patada en el estomago del lector. Para colmo las desapariciones de este personaje femenino no se aclaran en su integridad pero si ayudan a extender la necesaria amplitud discursiva, característica imperante en las publicaciones de la “prestigiosa” editorial española Alfaguara.

Personajes secundarios: Son esos amigos que a la postre, como sin querer, va encontrando Ricardito en su camino, cada uno de los cuales abandera una causa y una época: Paúl, el peruano revolucionario que conoció en París, y que años después murió en el intento de trasladar la revolución cubana a Perú; Juan Barreto, el hippy peruano de su etapa londinense, pintor de caballos de carreras y una de las primeras víctimas del emergente SIDA; Salomón Toledano, talentoso interprete, infantil, locuaz y a ratos torpe y grosero que acaba como un honorable samurai, suicidándose en Japón. Estos personajes secundarios tienen un ambiente específico y aparecen y desaparecen de una forma absurda por lo que no me llegan a parecer jamas de carne y hueso. Sus metamorfosis, que permanecen casi siempre a la vista y a la acción misma están metódicamente ligadas al escenario concreto donde ellos se encuentran, pues, siguiendo el designio del autor. Puros incidentes dispuestos para funcionar in situ y un cierre bastante definitivo. Y cuando ya creía que el autor había hecho una especie de conjuro para que todos estos personajes de su vida muriesen, aparece el alegre y optimista matrimonio formado por Simon y Elena Gravoski, que junto a su hijo adoptivo Yilal disque aportan un poco de optimismo a la vida gris de este hombre. Que bien no?, Para que sirvio ese episodio del niño mudo? No es acaso cursi, trapacero descuadrado y sentimentaloide? Seguro pretendia hacernos creer que la nina mala tenia su lado bueno y tierno, no? Perdon, pero no consigue convencer de la entidad de la niña mala, ahora convertida (eso sí, fugazmente), en la buena vecinita que juega al ajedrez con un traumatizado niño vietnamita. ?????


Es una historia facilona, que para colmo encierra una propuesta ideológica que me parece chata, poco matizada y muy tendensiosa. Con una fácil lectura por el uso de lenguaje sencillo, directo y totalmente explícito y mas en lo referente a los episodios que involucran sexo, el escritor lleva la temática de esta novela a un universo de casualidades que, hacen que su trama sea sumamente inverosímil, y en adición, poco convincente.
El problema de un argumento como éste es que a la segunda vez que la niña mala emprende el vuelo, metamorfoseándose después, ya sabes lo que va a ocurrir. Es un ave pasajera, es un camaleón. Aparecerá de nuevo en la vida de Ricardo en el momento menos esperado, asumiendo un nuevo aspecto, una lengua (de adopción) prestada, una identidad nueva, un nuevo amante, un nuevo nombre, y Ricardo volverá a caer en el lazo que le tiende, tropezando siempre con la misma piedra: la frialdad y la fugacidad del encuentro con la niña mala, el sufrimiento subsiguiente, la confirmación de que es ésta la esencia de su amor por ella: su transitoriedad, o mejor dicho su superficialidad.

Esta sarta de encuentros y desencuentros se tornan endebles y poco creíbles, por cuanto suponen reuniones casuales antes que acciones cotidianas.
En fin, una historia que acaba repitiendo hasta la náusea una situación básica: ella se irá para reaparecer transformada, mientras él la seguirá y se plegará a sus deseos con toda docilidad en medio de algún que otro exabrupto. Y seguiran las lineas unas tras otras para después situarse en un decrescendo de lectura ultrasencilla y aburrida, como una bebida ligera a la que le hubiera dado más cuerpo evitar tanto diminutivo, así como el uso abusivo de la palabra “pichiruchi.”

El gran problema es de que Travesuras de la Niña Mala no se sostiene a si misma. Las casualidades que van uniendo la vida de sus dos protagonistas, base en gran medida de la historia, nunca son creíbles y dejan huecos enormes. Y Don Mario siempre dijo que una de las características más importantes de una buena novela es la verosimilitud. El lector tiene que creer que es verdadero lo que le estás contando. Entonces? Por que? Por que esta sarta de idioteces inverosimiles?
Y notese que no es que lo inverosimil no pueda ser literatura ok? Lo que sucede es que debes ser muy grande como escritor para saber jugar con eso de lo increible. En nuestros dias, el genio, el gran senor que nos mete en un mundo donde lo más improbable y lo mas inverosimil se vuelve creíble es el maravilloso Paul Auster. Solo pero solo el, es quien en un mar de las más absurdas casualidades logra envolvernos y creerle sin robarle un apice de calidad literaria a sus escritos. Lamentablemente Vargas Llosa no lo logro en esta novela.

Para terminar, que tal la última parte de la historia? Agrega algo interesante que en un viaje a Perú, Ricardo por fin consiga establecer la verdadera identidad de la falsa chilenita y logre saber el verdadero nombre, o tal vez debo decir el nombre original, o el primer nombre de esta mujer? Y enseguida la historia de la destrucción de ese mito, que horror, es lastimosamente pedestre y previsible: el bueno de Ricardito se gasta todo lo que tiene en curar a la niña mala de las animaladas que le ha hecho el japonés, y ella, naturalmente, una vez curada, vuelve a irse. Enseguida viene ese laargo y aburrido epílogo (que comienza con la historia de Marcella) Tambien sin aportar nada profundo y substancial a la historia. Si; esa Marcella igual de fugaz y banal como la misma escritura actual de Vargas Llosa


Ambientacion: Ambientada en Paris y varias ciudades mas que con un fondo disque historico hecho a brochazos, y muy de acuerdo a sus preferencias politicas segun el nos pone al tanto de lo que sucedio en Paris en los 60’s o despues en Londres y luego nos da una catedra socio-economica del Perú de esa epoca a través de diversos personajes: Paúl, y especialmente el tío Ataúlfo.. Por lo tanto Vargas Llosa nos hace entrega de una novela no relacionada con la historia, si no con su memoria y su ideologia de ultraderechista.

El estilo que nos ofrece no es precisamente brillante. la visible abundancia de frases-cliché como “me dejó hecho una noche por muchos días”, “se dedicó a mí en cuerpo y alma” (p. 56), “ya se habría mandado mudar con la música a otra parte” (p. 167); “jugando de tú a tú con Yilal” (p. 232), “Se me quedó mirando con una carita de mosquita muerta” (p. 368). (Que sencillote se ha vuelto don Mario). Para colmo estas frases forman parte del vocabulario erótico de Ricardo, que ella, apropiadamente, llama “huachaferías”. Irreemplazable peruanismo que denota lo cursi, de mal gusto, ridículo por pretencioso. Caben, por lo tanto, dentro de diálogos de un heroe romantico escritos por un gran autor? Sobretodo cuando se supone que Ricardo, el exclusivo narrador de la novela, cuenta otras situaciones o describe ambientes cosmopolitas, traduce cuentos de Chejov, visita la casa de Kavafis en Egipto, etc, etc. Entonces si es un hecho de que es un hombre con claros intereses intelectuales y estéticos, nada “huachafos” por que pronuncia esas horrorosas frases? Alguien que me lo explique, es Ricardo un hombre sensible culto e intelectual o es un hombre mediocre e ignorante?

Lo que me pasó con este libro, es que muchas veces tuve que releer la portada para confirmarme que realmente era una novela de Vargas Llosa, lo juro! Estuve tan confundida, y me decia a mi misma, debo acaso de partir de la base de que Vargas Llosa sabe lo que hace? Sera posible que este icono del boom latinoamericano; ahora nos sale con este mamotreto best-sellero? ¿De verdad Vargas Llosa escribió esta novela rosa, predecible, melcochosa, tan hueca? Por que a mí no ha conseguido convencerme en ningún momento de que estoy leyendo la historia de un gran amor y de un gra autor?.

Creo que trabajo esta novela dentro de marcos más propios de las convenciones del relato tradicional, sin el efecto intensificador de los contactos entre dos o más madejas narrativas simultáneas: aquí todo marcha hacia adelante y viaja, acompañando a los protagonistas, pero sin cambiar de nivel; contemplamos los hechos siempre desde el mismo ángulo. Escritura digna de un pseudo-escritor de Hollywood, ya saben, el tipico escritor que se sabe de memoria la formula para atrer masas, que sirve a un publico mediocre, ignorante y holgazan para las lecturas profundas que lo hagan pensar. Un publico que demanda todo facil y breve, pero eso si, historietas con mucha emocion, y ademas con finales faciles rapidos y espectaculares. Ok, para ese publico escribe y sirve ahora en esta etapa de su vida Don Mario Vargas Llosa.
Pero bueno, la historia entretiene y se lee de un tirón (2 noches me tomo consumirla y digerirla; y si no se le pide más a un libro, cumple y estara dentro de la sección de baratijas del mercadillo Vargas Llosa.

Ya no me queda duda de que en un mundo globalizado, en donde lo más importante es vender, y que te lea un publico amplio aunque en su mayoria ignoranton, hasta los considerados grandes escritores sucumben ante las necesidades editoriales, de un mercado cada vez más competido. Ni hablar, la editorial Alfaguara ha venido a menos porque muy pronto sus intereses comerciales han sobrepasado los estándares de calidad, ahora cualquiera que sea uno de sus autores de cajón puede darse el lujo de entregar el primer voluminoso borrador mal hecho de una idea, y la editorial se encargará de tratar de convertirlo en un best-seller.

Lo que mas me apena es que con el tiempo, la literatura de Vargas Llosas se ha hecho más comercial, más cercana, digamos, a eso que llamán "lector común".
Tal vez haya ganado más lectores, pero su literatura ciertamente ha perdido en calidad si se compara con sus obras mayores.
¡Qué mal plan! Sobre todo para los lectores serios que sólo quedan cada vez más decepcionados.

Ultimo comentario: Los encuentros fortuitos de esta historia, los hemos encontrado antes en otras obras, obras de arte, como Rayuela (pero ¡qué diferencia!). También en el cine (L’ennui -1998-) trata de una historia muy similar). En Rayuela Julio Cortazar provoca que te enamores de la Maga y de Horacio, que vibres junto con ellos, junto con sus pensamientos, emociones y conflictos existenciales. Y que decir de una historia de amor que dura mas de 40 anos? Ya Garcia Marquez nos deleito en su momento con “El amor en los Tiempos del Colera” y lo hizo de una forma bellisima y convincente. Luego entonces, alguien que me explique, por que habra querido Vargas Llosa a estas alturas de su vida robar ideas y mal contarlas en una literatura tan pedestre?

Friday, August 8, 2008

COMIENDO EN MUNICH.



El equivalente en Múnich del newyorkino Dean & DeLuca es el Alois Dallmayr, una tienda, café, restaurante que reúne una buena parte de las delicatesses del mundo y de la región bávara. Supera a la primera en su hermoso local (aunque no en variedad mundial de productos), Dallmayr es la mejor tienda gourmet de la ciudad. Está al mismo nivel que Fauchon en París, o que Fortnum & Mason en Londres. Esta tienda era la proveedora de la realeza bávara. Se trata de toda una institución en el Casco Antiguo, muy conocida por sus elaborados escaparates y deliciosos desayunos con champán en el café.
Puedo describirla como una antigua e inmensa tienda de luz cálida en el que se respira tradición: está abierta desde 1700
Posee diversas áreas en la que hallamos: fina chocolatería y bombonería de la casa, dulces y pasteles, una bodega de vinos y diversas bebidas alcohólicas y panadería. Una de las más lindas es en la que se vende café recién tostado, proveniente de todas partes del mundo, guardados en contenedores antiguos de porcelana, bellamente pintadas y, justo al frente queda el área de té.
En otra ala del Dallmayr se encuen- tran las frutas, quesos, embutidos, carnes, foie, junto a un mostrador en la que se venden canapés y comida para llevar o comer justo allí, en unas mesitas pequeñas, en la que uno se puede tomar una copita de vino y conversar, paladeando alguna de estas exquisiteces.
Arriba queda un gran café de decoración clásica en donde se puede comer o tomar un café y un postre, que no llegan al refinamiento de los franceses pero son ciertamente ricos. También tienen un área de restaurante y un área especial para comprar cigarros y habanos. Los precios dependen, claro está, de lo que compremos, pero tomar un café o un canapé no resulta costoso, igual que el resto de la ciudad. Los fines de semana suele estar tan a tope que resulta agobiante para muchos. Pero es el sitio ideal para rendirle culto al placer de comer y beber con 300 años de tradición respaldándolos.

Saturday, July 19, 2008

EL MONTE ANALOGO



René Daumal es un ‘bicho raro’ de la literatura, uno de esos escritores que, tal vez si hubiesen vivido más tiempo —o hubiesen tenido mejor suerte con sus creaciones—, habrían merecido cierta atención.
“El monte análogo” fue la última obra que escribió; tan última, que expiró (literalmente) en mitad de una frase y la novela quedó, pues, inacabada. Un hecho que, aun cuando no es óbice para considerar el libro como un magnífico relato, supone un tremendo contratiempo a la hora de valorarlo. La editorial Atalanta ha optado por incluir unos apéndices de los editores franceses en los que, gracias a unas notas de Daumal, se trata de ‘reconstruir’ el proyecto original del escritor y de ofrecer al lector unas pistas para que pueda imaginar el final de la novela. Sin embargo, la cruda realidad es que no hay nada que pueda sustituir al propio creador, y se echa de menos esas páginas que nunca saldrán de la mano de René Daumal.
Y dice uno que se echan de menos porque, en verdad, “El monte análogo” es un libro excelente. Metáfora vital, viaje iniciático o novela de aventuras: todo en uno, pero el conjunto no es indigesto, sino, por el contrario, un placer para cualquier paladar (literario).
La trama es sencilla: Pierre Sogol, un excéntrico personaje (científico, aventurero, ensayista y mil cosas más), se pone en contacto con varias personas para iniciar un viaje en busca del monte análogo, una montaña legendaria que, supuestamente, une la tierra con el cielo y que, en consecuencia, puede albergar conocimientos y saberes indescriptibles. Encerrada en un trozo de espacio curvo que la convierte en casi inaccesible, esta elevación se convierte en una meta casi moral para los integrantes de la expedición, según nos cuenta, en primera persona, Théodore, el narrador que se encarga de llevar el diario de viaje de la expedición. Los aventureros conseguirán atravesar esa región ‘curvada’ del espacio, pero descubrirán que para la ascensión al monte análogo necesitarán de todas sus fuerzas y experiencias.
No es necesario afinar mucho para darse cuenta de que el viaje es más trascendente que físico; obsesionado por la filosofía oriental y la metafísica, Daumal propone al lector una experiencia iniciática de la mano de ese grupo de alpinistas: el monte análogo es tanto monte como alma, tanto espejismo como realidad. No en vano la novela lleva como subtítulo “Novela de aventuras alpinas no euclidianas y simbólicamente auténticas”. Como un Bunyan o un Dante, el francés se proponía ejemplificar una madurez interior a través de la exposición de un recorrido real; la muerte, sin embargo, torció su propósito.
Aun cuando, como hemos dicho, su inconclusión le reste enjundia, “El monte análogo” es una novela magnífica, interesante, divertida y de una viveza extraña; merece la pena atreverse a su ‘ascenso’.

Friday, July 18, 2008

Thursday, July 17, 2008

Madrid!

Miro y Yo.

Friday, May 16, 2008

Mission San Carlos Borromeo de Carmelo or Mission Carmel Chronology


Mission Carmel Chronology
1770 - Father Serra founds
1771 - Moved to Carmel River
1784 - Father Serra dies
1794 - 974 people at mission
1823 - Population down to 381
1834 - Secularization
1859 - Mission returned to church

Mission San Carlos Borromeo de Carmelo/ The second Mission/ The most beautiful Mission /The mission style was Moorish


San Carlos Borromeo de Carmelo
Second Mission
Founded: June 3, 1770 by Father Junipero Serra
Named for: Saint Charles Borromeo
Location: a few miles south of the city of Carmel on Junipero Avenue

San Carlos Borromeo is believed by many to be the most beautiful of all California missions. It is here that Fr. Serra made his headquarters for his California missionary work, and where he was buried upon his death in 1784. A year after its founding, the mission was moved from Monterey to a beautiful site in Carmel Valley. The Monterey site was not only inadequate for growing crops, it was a long way from where the Native Americans resided.

Fr. Serra was buried in the sanctuary beside the alter in the adobe church next to his longtime friend Fr. Crespi. A few years later the current large stone church was built around the small adobe church. In 1803, upon the death of Fr. Lasuen, Fr. Serra's successor, he too was buried in the stone church.

When secularization occurred in 1834 all of the mission lands, except the church site, were sold to private parties. The great stone mission church was abandoned and for 30 years stood roofless after its collapse in 1851. Enough money was eventually raised in 1884 to build a new roof, but the steep pitch was out of place with the original design.
The latest restoration, begun in the 1930's, has restored a more suitable roof, and is believed to be the most authentic restoration in the entire mission chain.

Mission San Carlos Borromeo de Carmelo

Mission San Carlos Borromeo de Carmelo 4th Grade Project.



Second Mission
Founded: June 3, 1770 by Father Junipero Serra
Named for: Saint Charles Borromeo
Location: a few miles south of the city of Carmel on Junipero Avenue

San Carlos Borromeo is believed by many to be the most beautiful of all California missions. It is here that Fr. Serra made his headquarters for his California missionary work, and where he was buried upon his death in 1784. A year after its founding, the mission was moved from Monterey to a beautiful site in Carmel Valley. The Monterey site was not only inadequate for growing crops, it was a long way from where the Native Americans resided.
Fr. Serra was buried in the sanctuary beside the alter in the adobe church next to his longtime friend Fr. Crespi. A few years later the current large stone church was built around the small adobe church. In 1803, upon the death of Fr. Lasuen, Fr. Serra's successor, he too was buried in the stone church.
When secularization occurred in 1834 all of the mission lands, except the church site, were sold to private parties. The great stone mission church was abandoned and for 30 years stood roofless after its collapse in 1851. Enough money was eventually raised in 1884 to build a new roof, but the steep pitch was out of place with the original design. The latest restoration, begun in the 1930's, has restored a more suitable roof, and is believed to be the most authentic restoration in the entire mission chain.

Tuesday, May 13, 2008

Sunday, May 11, 2008

VINO HOLLYWOODENSE O HOLLYWOODIENSE?



Donde iban a encontrar los norteamericanos el vino?

Notese que no soy tan ingenua como para hablar aqui en forma romantica sobre “La historia temprana del consumo y fabricacion del vino en América” donde supuestamente fue dominada por los inmigrantes que eran sobre todo católicos, y de pendiente europea central o meridional. El “gran” bulto de inmigrantes que bebían vino llego de las naciones cariñosas del vino de Francia, de Italia, de Alemania, y de España. “Descendieron de las tradiciones culturales que valoraron el consumo social del vino con la comida de la tarde”.
Mentira, la historia el consumo del vino en América fue siempre irregular con comienzo, paradas, e inconsistencias. La población americana ha tenido siempre amor-odio en su relación con el alcohol. Las actitudes históricas del prohibicion entre mucha de la población americana han velado la línea entre el consumo moderado del vino y el alcoholismo perjudicial.
Consecuentemente, Antes de la globalizacion y de la invacion de los barbaros el consumo regular, moderado del vino en el
público americano continúaba haciendo frente a impedimientos ideológicos y legales. Asi que no nos traguemos el cuento ese de “tradicion” “herencia” “linaje” etc, etc.
Si quieren una fecha, un nombre y un lugar respecto al nacimiento del vino americano o mejor conocido por “vino hollywoodiense” aqui estan:

1966 Oakville California. El Sr. Mondavi
decide hacer vino para los americanos. Empezo con la idea de copiar los mejores vinos franceses. Pero tampoco se le escapaba la idea de que tenia que adaptarse al publico norteamericano. Asi que Mr. Mondavi era un pionero. No tenia 4 generaciones de artistas del vino a sus espaldas y produciriaa vino donde los demas cosechaban fresas. El Senor no tenia tabues e hizo lo que queria hacer. Sabia que su publico era ignorante. Eran aspirantes a lectores que no habian abierto nunca un libro. Sabia tambien que los habitos alimenticios de su publico eran muy rudimentarios y que no tendria la necesidad imperiosa de hallar el bouquet apropiado para combinarlo con un confit de canard. Sabia que su vino tenia que ser simple y espectacular. Una emocion para cualquiera.Vaya, tipo Hollywood!

Asi que estas son las caracteristicas de sus vinos hollywoodienses:

Color hermosisimo, graduacion bastante subida, sabor rotundo, muy simple, sin asperezas (sin molestos taninos, ni acidez dificil de domar); en el primer sorbo ya esta todo: da una sensacion de riqueza inmediata, de plenitud de sabor y de aroma; cuando te lo has bebido el retrogusto dura poco, los efectos se apagan; interfiere poco con la comida, y
se puede apreciar por completo aunque uno estimule sus papilas gustativas solo con algun estupido snack de bar; esta hecho en su mayor parte con uvas que se pueden cultivar en casi todas partes: chardonay, merlot, cabernet sauvignon. Dado que es manipulado sin excesivos temores reverenciales, tiene una personalidad mas bien constante, respecto a la cual las diferencias entre cosechas se vuelven casi irrelevantes. Voila! (los barbaros pg 40-41) Gracias Alessandro Baricco.


Despues les platicare de Robert Parker y sus valoraciones, de los vinos sin alma y de este snobismo insoportable que quieren imponer los barbaros con respecto a sus vinos.



CAPRICORN AND LEO

Gérard Xavier Marcel Depardieu, born 27 December 1948

Riccardo Muti (b. July 28, 1941) is an Italian conductor known for his work as music director of La Scala opera house in Milan and with the Philadelphia Orchestra. On May 5, 2008, it was announced that Muti would be the new Music Director of the Chicago Symphony Orchestra.

Saturday, May 10, 2008

CASTA DIVA

OVACION A NORMA EN MUNICH/2006




OPERA NORMA




MUTI A CHICAGO


The Chicago Symphony Orchestra said Monday that it had engaged Riccardo Muti as its next music director, luring the charismatic Italian maestro — one of a dwindling band of podium eminences — to the United States and adding a layer of luster to the city's cultural profile. Mr. Muti, 66, will take over in the 2010-11 season. His contract will run for five years, and he is expected to conduct a minimum of 10 weeks a season and lead tours. "I would like to make this last engagement as music director in my life something that can enrich people," Mr. Muti said Monday in his first interview after signing the contract. As recently as last September, Mr. Muti had emphatically rejected the idea of taking over the responsibilities of an American music directorship and all the nonmusical duties the job entails. But his tone shifted after an electric month conducting the orchestra at the start of this season, half in Symphony Hall in Chicago and half on a European tour.

RICARDO MUTI


CHICAGO - La Asociación de la Orquesta Sinfónica de Chicago nombró a Riccardo Muti como sucesor del argentino-israelí Daniel Barenboim, quien dejó su cargo como director musical en el 2006.
El maestro italiano de 66 años será el décimo director de la orquesta.
Deborah Card, presidenta de la sinfónica, anunció la mañana del lunes que Muti firmó un contrato de cinco años y que comenzará sus labores en la temporada 2010-2011.
El cargo estuvo vacante desde la partida de Barenboim.
Bajo los términos del contrato, Muti dirigirá un mínimo de 10 semanas de conciertos cada temporada, además de giras nacionales e internacionales.
Como director musical designado, Muti encabezaro la orquesta y su coro en sus interpretaciones del Réquiem de Verdi el 15, 16 y 17 de enero, dijo Card.
Nativo de Naples, Muti dirigió por primera vez a la Orquesta Sinfónica de Chicago como invitado en el Festival de Ravinia en 1973. Rumores de que podría asumir el máximo puesto comenzaron a circular tras su exitosa gira europea con la orquesta el año pasado.

"Desde el momento en que el maestro Muti subió al podio a principios de esta temporada, fue evidente de inmediato que algo realmente especial estaba ocurriendo", dijo Card en un comunicado. "La relación entre el maestro Muti y nuestros músicos es eléctrica, y la creación musical fue increíble".

Muti llamó la atención de la crítica en 1967 cuando ganó una importante competencia para directores en Milán. Rápidamente fue designado a importantes cargos en Florencia y Londres. Ha sido director invitado regular del Festival de Salzburgo desde 1971 y es considerado por muchos como un excepcional intérprete de Mozart.

En Estados Unidos, es mejor conocido por su trabajo como director de la Orquesta de Filadelfia, desde 1980 hasta 1992.

Su más prestigiosa designación, como director musical de La Scala de Milán, comenzó en 1986 y terminó con su renuncia en abril del 2005, en medio de una amarga controversia luego que sus diferencias artísticas y de programación con el ex gerente general de la casa de la ópera, Carlo Fontana, llevaran a un conflicto con los músicos tras el despido de Fontana.
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ENSAYO SOBRE LA MUTACION


En Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación, de Alessandro Baricco, editado por Anagrama, hay algunas reflexiones interesantísimas sobre la importancia del pasado como amarre de la civilización y sobre cómo los nuevos bárbaros pretenden destruir ese pasado: para que nada pueda ser al carecer de cimientos. De hecho, todo el ensayo es una penetrante obra, lúcida, afilada, incisiva y muy fácil de leer, que te hace pensar y no te puede dejar indiferente, porque estamos entregrando nuestro mudo (nuestra civilización: los logros de nuestra civilización) a los bárbaros.


Pero los bárbaros no son las tribus salvajes que aguardan en las fronteras del imperio, como sucedió en los tiempos últimos de Roma: los bárbaros viven entre nosotros y han sido embrutecidos por un sistema en el que sólo lo fatuo, lo volátil, lo insustancial, lo "divertido", lo pueril, tiene sentido y es valorado. Por eso, Baricco puede considerar que la Novena de Beethoven es "uno de los baluartes más altos y sólidos de esa ciudadela que está a punto de ser asaltada por los bárbaros. Esa música se ha convertido en bandera, himno, fortificación suprema." ¿Qué está a punto de ser asaltada? ¡La ciudadela ya ha sido asaltada! Lo es cada vez que alguien reclama para sí un supuesto derecho a ser considerado tan músico como Beethoven o tan pintor como Velázquez.


Lo es cada vez que se emite un programa de televisión o en cada página que se imprime para las revistas del corazón. Lo es cuando se mira el pasado con desprecio y cuando se lo destruye porque estorba: nos dice el escritor italiano que los capiteles de las ruinas romanas están siendo utilizados para construir barbacoas en los jardines de los bárbaros. La ciudadela está asaltada. ¿Definitivamente?Este es un libro que hará pensar mucho.


Ahora dejo algunas citas sobre el pasado y el odio que le profesan los nuevos bárbaros.
"La cultura del pasado representa el lugar de nuestras raíces y, por tanto, es el lugar del sentido por antonomasia. (...) Para acceder a todo ello es necesario hacer un gran esfuerzo, remontar la corriente del tiempo y adueñarse de las lenguas en las que, ahí, el sentido se encuentra referido."(Pág. 168)
"El pasado es uno de los lugares privilegiados del sentido: hay que comprender que nunca ha terminado, y que revive en cada gesto que sabe rescatarlo del olvido. Saber rescatarlo del olvido es un asunto de esfuerzo, rigor, estudio e inteligencia." (Pág. 169)
"Para los bárbaros el pasado es un vertedero de ruinas: ellos van, miran, se llevan lo que les resulta útil y lo utilizan para construirse sus casas." (Pág. 169)
"Ataúdes flotantes, llevados por la corriente, eso es el pasado para los bárbaros." (Pág. 170)
"La civilización nos enseña un descenso consciente y culto al pasado, con el objetivo de llevarlo de nuevo a la superficie en su autenticidad. Los bárbaros construyen con los escombros, y aguardan balsas flotantes con las que construirse la casa y decorarse el jardincito. Requiere tanto esfuerzo la primera solución, y es tan lúdica la segunda, que a los órganos de control de la civilización (escuela, ministerios, medios de comunicación) les cuesta mucho trabajo impedir a toda la colectividad deslizarse pendiente abajo hacia la barbarie." (Pág. 171).

Eso, cuando no es la propia escuela, los ministerios (o comunidades autónomas, tanto vale) o los medios de comunicación los que acentúan la pendiente hacia la barbarie, añado yo.


El ejemplo del bárbaro lo pone Baricco en la página 172 de su libro: sería el que piensa que es cierto que el "asado al barolo" es más bueno que la hamburguesa de McDonals, pero tiene hambre y poco espíritu de sacrificio para llegar hasta el lugar en que hacen el asado, se queda en la "hamburguesería" y se come una mierda de esas escuchando en su iPod Las Estaciones de Vivaldi en versión rock, leyendo al mismo tiempo un manga japonés y, sobre todo, invirtiendo en todo ello diez minutos. Así sale a la calle, ya no tiene hambre y el mundo está ahí dispuesto a ser atravesado.


"La relación con el pasado (del bárbaro) no es un principio estético, no es una forma de elegancia: es la respuesta a un hambre."

"Todos vivimos de una forma anfibia entre dos civilizaciones"

Baricco se encuentra en Barcelona para dar el pregón inaugural del Día del Libro, una ocasión especial además para hablar sobre Los bárbaros, un compendio de artículos aparecidos en el diario italiano "La Repubblica" en 2006.
Aunque con muchas alusiones a la realidad italiana, el análisis de Baricco trasciende a otros aspectos de la cultura occidental. Su conclusión "es que hay una especie de declive de la cultura burguesa occidental", según explicó este martes en declaraciones a la prensa reseñadas por la agencia EFE. "Los bárbaros, aquí están.

Por regla general se lucha para controlar los puntos estratégicos del mapa. Pero aquí, de una forma más radical, parece que los agresores están haciendo algo mucho más profundo: están cambiando el mapa", afirma. El autor del delicado best-seller Seda se adentra en el ensayo para intentar captar claves de una "mutación bárbara que nos afecta y atraviesa a todos".

Establece un paralelismo entre la época actual y aquella en la que nació la Ilustración "o en los días en que el mundo entero se descubrió, de repente, romántico. No se trataba de movimientos de tropas ni tampoco de hijos que asesinaran a sus padres. Eran mutantes que sustituían un paisaje por otro, y allí fundaban su hábitat".

"Todos vivimos de una forma anfibia entre dos civilizaciones", apunta el escritor italiano, para quien lo que quedará de esos cambios "dependerá mucho de nosotros, la generación que queda en medio, los que podemos aportar algunos trozos del viejo mundo, aunque tampoco podemos enrocarnos en él". Por eso considera que "la responsabilidad de los intelectuales es enorme" y entre ellos menciona a su compatriota Umberto Eco, alguien "a quien debemos conservar, proveniente del viejo mundo, pero que puede dialogar con el nuevo".

En la nueva civilización que se avecina todas las cosas tendrán un valor "si consiguen viajar por diferentes medios", y hasta dijo que Google es un emblema que permite entender la cultura como navegación rápida por la superficie.

Alessandro Baricco asegura que "la mutación bárbara nos afecta y atraviesa a todos"

EFE - Barcelona - 22/04/2008 18:07
El escritor italiano Alessandro Baricco, que hoy pronuncia en Barcelona el pregón inaugural del Día del Libro, mantiene en "Los bárbaros" (Anagrama), un análisis-mosaico sobre la nueva civilización que se aproxima, que en estos momentos "la mutación bárbara nos afecta y atraviesa a todos".

Acompañado por el editor Jorge Herralde, el autor del bestseller mundial "Seda" ha explicado en rueda de prensa que su nuevo título es una recopilación de treinta entregas publicadas en el periódico "La Reppublica", entre el 12 de mayo y el 21 de octubre de 2006, con las que intentaba comprender en qué consiste "la mutación que veo a mi alrededor".

Cada cinco o seis días, a un ritmo desaforado para él, aparecía publicado uno de estos artículos. "Me gustaba la idea de escribir un libro delante de todos, registrando las reacciones de la gente de la calle", ha precisado.
Es también, por este motivo, por lo que cree que es un libro "oral y anómalo por su génesis, pensado para un público italiano", puesto que la mayoría de las referencias relacionadas con el vino, el fútbol o la industria del libro que aparecen tienen a su país como protagonista.
Ahora que todos esos escritos aparecen encuadernados y en forma de libro, "podría haber hecho algo más ordenado, más sólido y menos bárbaro, pero hubiera quedado un poco muerto y decidí conservarlo tal cual, sin correcciones, porque lo más importante para mi es la fuerza y la vitalidad".

Ya en el inicio advierte de que ha querido entender lo que está ocurriendo a su alrededor, una especie de declive de la cultura burguesa occidental. "Los bárbaros, aquí están", subraya, y prosigue aseverando que "por regla general, se lucha para controlar los puntos estratégicos del mapa. Pero aquí, de una forma más radical, parece que los agresores están haciendo algo mucho más profundo: están cambiando el mapa".
Debió suceder, a juicio de Baricco, algo parecido durante los días en los que nació la Ilustración, "o en los días en que el mundo entero se descubrió, de repente, romántico. No se trataba de movimientos de tropas ni tampoco de hijos que asesinaran a sus padres. Eran mutantes que sustituían un paisaje por otro, y allí fundaban su hábitat".
Convertido en un fenómeno de ventas hace doce años con una sutil y poética novela, ahora el escritor se convierte en ensayista y realiza una prospección de lo que ocurrirá cuando acabe la mutación bárbara, puesto que ahora "todos vivimos de una forma anfibia entre dos civilizaciones".

Entiende Baricco que lo que quedará de estos cambios "dependerá mucho de nosotros, la generación que queda en medio, los que podemos aportar algunos trozos del viajo mundo, aunque tampoco podemos enrocarnos en él. La responsabilidad de los intelectuales es enorme", ha remarcado.
Justamente, cree que uno de los intelectuales paradigma es Umberto Eco, alguien "a quien debemos conservar, proveniente del viejo mundo, pero que puede dialogar con el nuevo".

En esta nueva civilización, todas las cosas tendrán un valor "si consiguen viajar por diferentes medios", y Google es un emblema que permite entender la cultura como navegación rápida por la superficie.

LEON ALADO







LEON ALADO

Es un hombre taciturno, tranquilo, esquivo, reservado, impasible pero adorable, que nunca gusta de erigirse en protagonista ni aparecer en público. Es un filósofo de la vida y del vino que no hace concesiones a lo inmediato. Casi todo el mundo piensa que le conoce, pero hay muchas facetas de O que se escapan a su imagen pública. Persona enamorada del vino, conocedor de los más grandes del mundo, gran abogado, trabajador e inteligente hombre de negocios, y por supuesto, inconformista incorregible. Siempre lo ha sido y siempre lo será (hay cosas que no se curan).
Es un maestro y máximo representante, de la escuela que propugna unos vinos que nacen con la misión de crecer con el tiempo, donde priman el nervio y la raza, la evolución lenta y el desarrollo aromático pausado y consistente. Para disfrutar de todo ello se debe esperar: sus vinos no muestran casi nunca todo aquello que poseen la primera vez, y el consumidor debe dejarse seducir poco a poco.
La reflexión sobre el terruño es una constante, la búsqueda de la expresión propia de cada parcela, de cada espacio. O piensa que un vino es típico de un lugar concreto cuando la historia lo ha consagrado, da igual si es tradicional o moderno, lo importante es si se ha alcanzado la capacidad técnica para saber extraer todo el potencial de la uva y se consiga consolidar la relación entre el vino y su territorio, entre la cultura y la historia de su zona. Respetado por todos, su vino jamás deja indiferentes a los consumidores, por la diferencia que hay entre ellos y los demas y la personalidad tan acusada que posee SU VINO seguramente es para avezados conocedores. De todos los denominados 'vinos de culto' de Baja California, es sin duda el más elegante. Si hay una palabra que pueda definir este vino es la de “aristócrata”.
¿Artista Amante o artesano?, ¡qué mas da!
Siempre maestro.

Thursday, May 8, 2008

LA SOMBRA DEL VIENTO/ LE SOBRAN LOS LERDOS


LA SOMBRA DEL VIENTO, como todo el mundo sabrá a estas alturas, es el gran éxito literario de estos los últimos años, tanto en ventas (¡nada menos que cincuenta ediciones se han impreso ya!, cosa doblemente meritoria en un país como el nuestro, donde sólo se lee el periódico local (y de él, sólo los titulares) así como las revistas de sociedad y TV novelas imaginenemos pues que elocuente resulta la apreciación del público lector, que no para de decir por doquier que es un libro precioso, lleno de sensibilidad, arte, entretenemiento y de otras cosas que desde EL QUIJOTE mismo no se hallaban tan juntas y en tanta cantidad en un volumen.
De lo que deduzco dos cosas:
1) que haya tantas ediciones de un libro no nada caro demuestra que en muchos paises de habla hispana el dinero se gasta a lo grande cuando se trata de producir basura; 2) que, o yo he leído otro libro, o soy muy ceporra y no encuentro el rico venero de amenidades que de tan magna obra mana, o que la gente tiene el gusto estragado de tanto leer a John Grisham el Secreto, El código, El éxito inmediato etc, etc.

Porque LA SOMBRA DEL VIENTO es uno de los mayores bodrios que me he podido echar a los ojos, tan malo que al terminar de leerlo -por pura fuerza de voluntad- no sabía si quemar el libro o arrancarme los ojos con el canto de las tapas de tan malo que es.

1. Ambientación y cronología.

La novela está ambientada en la Barcelona de posguerra, si entendemos posguerra de un modo laxo, ya que la novela abarca nada menos que veinte años, con un prólogo que transcurre a finales de los años 40, un cuepro central que transcurre casi íntegro en el año 54, y un par de epílogos en el año 1955 y 1965 respectivamente. Dos décadas en que la ciudad no cambia porque no se la ve, una ciudad de la que sólo existen un par de calles y el Tibidabo.

Tal vez ello se deba a que el autor, aunque barcelonés, lleva muchos años residiendo en el extranjero y no recuerde bien la ciudad, aunque tampoco debe ser demasiado difícil usar un callejero online, digo yo.

Por si ello fuera poco, comete flagrantes errores (como decir que Bogotá es la capital de Venezuela) y anacronismos (en varios foros de Internet se le reprocha que use los nombres modernos de varias calles que en la época de la novela llevaban nombres distintos); entre ellos los más destacables son: 1) que varios personajes hablen en 1954 sobre la salud del camarada Stalin (sí, en la España de Franco, pero ya volveré más adelante sobre ello)... que había fallecido un año antes, en 1953; 2) que Daniel Sempere y Fermín Romero de Torres vayan al cine en 1954 a ver una película de Carole Lombard, actriz fallecida en accidente aéreo 12 años antes; 3) que Fermín se pase la novela (que transcurre en los años 1954-1955) chupeteando caramelos Sugus, una marca que no llegó a España hasta 1961, 4) que en ese mismo año haya tiendas que venden televisores Telefunken, cuando Prado del Rey no comienza a emitir hasta 1956, y la cobertura televisiva no comienza a traspasar los límites de Madrid hasta 1959, 5) o que en uno de los (varios) epílogos, en un banquete nupcial que transcurre en 1955 nadie se sorprenda de que un sacerdote se achispe a base de licor debido al "nuevo clima del concilio en ciernes", refiriéndose sin duda al Concilio Vaticano II, el cual se anunció en... 1959, y cuya primera sesión comenzó en 1962 (y yo juraría que en el Concilio Vaticano no se refrenda la dipsomanía clerical, aunque tal vez el autor esté mejor informado que yo sobre ese extremo).

2. Personajes.

En la caracterización de personajes, así como en el argumento, es donde esta novela, esta obra maestra, este espejo y ejemplo de la moderna novelística, este culmen de la hispana literatura comienza a hundirse más rápido que un "Titanic" cargado de plomo.

Los tipos que deambulan por la obra (y nunca mejor dicho, porque no hacen más que irse tropezando de casualidad los unos con los otros) son peleles incoherentes, sin una personalidad definida, que sólo sirven para justificar tal o cual giro abracadabrante de guión. Comenzamos por el protagonista, Daniel Sempere, que nos cuenta la historia en primera persona, y boto a bríos si he visto alguna vez algún protagonista más antipático, vano y voluble que éste protagonista, que una cosa es que el protagonista sea un despojo (véanse los memorables LAZARILLO DE TORMES o BARRY LINDON), y otra cosa es que encima pretenda el autor que le riamos la gracia.

Sempere hijo (porque es hijo de otro Sempere, cosa que suele ocurrir a todos los Semperes que en el mundo han sido) es un niñato al que su padre lleva a un lugar oculto llamado El Cementerio de los los Libros Olvidados, que viene a ser una mala mezcla entre La Pedrera de Gaudí, la Biblioteca de Babel de Borges, y la Abadía alpina de Umberto Eco. Su padre, como buen padre, le dice que éste es un lugar secreto, y menos mal que se lo dice, porque lo siguiente que hará "Semperito, el buen hijito" será enseñársela a su primera novia, para ver si hay suerte y cae polvete, que otra cosa no, pero Daniel Sempere, aparte de un tiralevitas y un hipócrita que se dedica a dejar tirados a sus amigos a la primera de cambio (aunque luego llore mucho y se arrepienta), es un rijoso.

Hago una pausa para hacer notar que, si usted quiere ser personaje de Carlos Ruiz Zafón, debe tener alguna perversión sexual, o ser un obseso, o darle al manubrio que es un primor, o follar a todas horas con todo quisqui, porque en esta novela todos, TODOS los personajes se caracterizan, única y fundamentalmente, por sus preferencias a la hora de dedicarse al ayuntamiento carnal. Así, hay chachas lujuriosas, cieguitas lujuriosas, pijas lujuriosas e incestuosas, un protagonista lujurioso, un sidekick cómico lujurioso, un relojero invertido y lujurioso, etc... los únicos que no son lujuriosos en esta novela son el padre del protagonista (porque es un viudito devoto de la memoria de su parienta difunta) y el villano, porque se dedica a torturar detenidos muy a su sabor (o sea, que le gusta el sadismo, así que también cae dentro de la rijosidad generalizada).Volviendo a Daniel Sempere, es un rijoso que además le tira los tejos a cualquier mujer que se le acerque, comenzando por su temprano amor por la ciega Clara (la cual terminará la novela abandonada y envejecida, porque cometió el pecado de follarse a otro y no hacer caso de Daniel Sempere... y recordemos que Sempere es la voz que nos cuenta toda la trama), aunque este amor no es correspondido, entre otras cosas porque Sempere tiene 12 años y Clara roza ya la veintena, pero ya se sabe, que qué mala es esa veinteañera, que no le hace un favor a un crío de 12, y sin embargo prefiere a uno de su propia edad (y como corresponde a toda buena historia de amor estúpidamente adolescente, el novio de la ciega es guapo, tonto y chuloputas), continuando porque lo primero que hace al conocer a Nuria Monfort (de la que primero nos dice que es una cuarentona con el pelo prematuramente encanecido, ajada por la vida dura, y una página después resulta que todavía es bella, rozagante y hermosa) es intentar besarla en la boca (se ve que al tal Sempere le van maduritas), o rematando con su romance con Bea, la hermana de su mejor amigo (al cual no ve desde los 12 hasta los 17 años... ¡5 años sin verlo ni preocuparse por él! Y menos mal que es su mejor amigo...). Total, para al final echar un sólo polvo mal echado en toda la novela.El segundo personaje (en importancia) es Fermín Romero de Torres (un mendigo que huye de la policía y se esconde mediante el siempre sagacísimo procedimiento de usar como seudónimos nombres de pintores o toreros), mendigo que es promovido por Sempere hijo de mendicante a colaborador librero y bibliófilo de pro.

¿Por qué? Porque, a los ojos de Daniel Sempere, dormir a la intemperie, beber vino barato (a todo esto, el vino lo bebe como los mendigos de las películas yanquis, de una botella envuelta en papel de estraza) y tener mugre, ronchas y pústulas por todo el cuerpo son señales de supina sabiduría paleográfica. Y gracias a ello, podemos solazarnos en sus interminables parlamentos (porque vociferar durante toda la novela, y expresarse en frases retorcidísimas, alambicadas e inconexas es otro sagacísimo método para despistar a la malvada policía), y ver cómo de vez en cuando sufre raptos de locura furiosa por las pesadillas que le provocan las torturas sufridas en el pasado por el malvado de la novela, el inspector Fumero (el por qué lo tortura, y por qué tanta enemistad le guarda que lo sigue por doquier, nunca se sabrá). Esto último debe ser para que le cojamos cariño al orate rematado de Fermín y vayamos acumulando odio hacia el tal Fumero, más que nada porque raptos de locura sólo le da uno en toda la novela, y bastante al principio, y de ahí en adelante no le vuelve a dar ningún telele ni nada que se le parezca.

El resto de los personajes no dejan de ser episódicas comparsas que están dispuestos estratégicamente para hacer avanzar la novela a trompicones. Sempere padre sólo aparece para esperar a su hijo cuando éste vuelve a altas horas de la madrugada, el cual siempre lo encuentra dormido en un butacón (un padre roncando y babeando sobre la guata del sofá, qué tierna escena familiar), o para suspirar de vez en cuando pensando en la madre muerta, en lugar de ejercer el oficio de padre y darle unas hostias al malcriado de su retoño; Clara, la cieguita lasciva, desaparece después de los primeros capítulos de la novela, y no vuelve a aparecer hasta el final, en un ajuste de cuentas innecesario y gratuito, en la que se contrasta su infelicidad presente con la dicha que embarga a Daniel Sempere; del padre de la misma y de su novio (del de ella, no del padre) nada se sabe durante todo el rato (el padre de Clara, después de 300 páginas de dolce far niente, aparece para dar un providencial refugio y cuidados a Daniel y a Fermín, porque en la España de los años 40 bastaba con decir que te perseguía la Brigada de lo Político-Social para que miles de manos desconocidas se tendieran para darte ayuda y cobijo); Fumero es la versión cazallera de un Fu-Manchú de medio pelo (tortura y planea complicados y retorcidos planes para alcanzar sus fines, por más que, como luego veremos, al ser español, eso de planear no se le da muy bien), y así todos y cada uno de los personajes. Sólo sirven para dar información a Daniel Sempere y desaparecer poco después.

3. Estilo.

El estilo de Carlos Ruiz Zafón es, como se dice ahora "sencillo y directo", lo que traducido en cristiana lengua significa que sabe veinte palabras, diez verbos, y sus textos son simples variables combinatorias entre los mismos.

Hay quien se llena la boca hablando de "las audaces metáforas de Carlos Ruiz Zafón", y ello sería cierto si no fuera por dos pequeños detalles:

1) que usa las metáforas sólo para describir fenómenos meteorológicos o atmosféricos (lluvia, niebla, los rayos del sol...)

y 2) que todas sus metáforas son del jaez de "Un vapor de cobre se elevaba de las calles" (la niebla), "Hilos de cobre se colaban por las rendijas de la ventana" (rayos del sol), "en hilos cobrizos se deshacían las nubes" (la lluvia), y así todo es de cobre, cobrizo, cúprico o de cupro-níquel, de tal manera que no parece sino que el señor Ruiz Zafón lo ve todo a traves de una moneda de peseta de las antiguas. Fuera de estas veleidades más propias del METEOSAT que de un escritor digno, ningún rasgo de estilo hay. Tal vez un abuso de la frase corta y del párrafo minúsculo, vicio sin duda heredado de su profesión como guionista de televisión en E.E.U.U. (modestamente, Zafón indica que de sus guiones sólo salvaría unos tres o cuatro, y que el resto le parecen muy malos.

No se preocupe, señor Zafón, yo le aseguro que incluso ellos no podrán ser peores que su novela), y ello hace que buena parte del libro parezca más un bosquejo de guión, con acotaciones al estilo "Entra Fulano" o "Se va Mengano", que un texto retóricamente trabado.

Así mismo, tiene graves fallos de modalización en la voz narradora. Veamos, la novela la narra Daniel Sempere en primera persona, y en ello no hay ningún problema... hasta que en la novela se empiezan a intercalar los relatos sobre la vida de Julián. Entonces, la novela pasa a estar narrada en tercera persona (es decir, el narrador está fuera de la historia). Pase que el autor nos crea tan lerdos que esas historias insertas nos las añada en cursiva, no vaya a ser que no nos enteremos de que es una historia contada por un personaje secundario, pero que en esas historias se incluyan acontecimientos que dichos personajes NO HAN PODIDO conocer, es decir, que siendo narradores testigos se comporten como narradores omniscientes, eso tiene un sólo nombre: chapuza.Y para rematarla, la historia más larga de éstas, las memorias de Nuria Monfort, no se sabe por qué motivo, están contadas en primera persona y sin usar las cursivas. ¿Tal vez porque forman capítulo aparte? No deja de ser una incoherencia grave con el estilo gráfico y modal adoptado por el autor para testimonios anteriores.

Añádase que las antedichas memorias llegan a contar sucesos acaecidos en el año 1955, cuando Nuria muere (y Daniel las lee) en 1954, y está todo dicho.4. Argumento y trama.Sempere Sr. lleva a Sempere Jr. al Cementerio de los Libros Olvidados como rito iniciático. Resulta que el tal cementerio es un reducto secretísimo y misteriosísimo mantenido por la desconocida secta de "Los libreros de viejo" (que como todo el mundo sabe, se reúnen nocturnales como murciélagos o carbonarios), y en la que almacenan todos los libros olvidados de los lectores y las imprentas para que no se pierdan (imagínense la de libros de César Vidal, Pío Moa o Ana Rosa Quintana que irá a parar allí con el correr de los años). De lo cual se deduce que los libros buenos los venden; de lo que se deduce que en ese edificio sólo guardan ejemplares de José Luis Martin Vigil, Jose María Gironella o Azorín; de lo que se sigue que en la España de posguerra los libreros de viejo nadaban en oro para poder mantener un edificio completo dedicado a guardar tomitos que nadie quiere; de lo que se concluye que para el autor, los libreros son a la sociedad lo que SPECTRA a James Bond.El rito iniciático obliga a que Jr. escoja un libro, así al azar, como regalo, y que debe ser suyo, personal e intransferible, y debe mimarlo y quererlo como a los amigos que no mantiene o la novia que le falta. Por supuesto, que para qué leches darle tiempo a mirar las baldas, sino obligarle a que escoja a la carrera, que seguro que el azar le deparará un libro hermoso y digno de su aprecio. Y Sempere hijo da con LA SOMBRA DEL VIENTO, libro escrito por Julian Carax (¿han visto?, el libro dentro de sí mismo, ¡qué modernidad, qué artificio!... lástima que Cervantes y Mateo Alemán se le adelantaran a Carlos Ruiz Zafón por cinco siglos). Reconozco que ahí Daniel Sempere tiene suerte, porque bien pudiera haber dado con EL PERIQUILLO SARNIENTO, de Fernández de Lizardi, o el DON JUAN, de Zorrilla, torturas las más crueles que un ser humano puede soportar.Daniel Sempere hijo se queda fascinado por el libro, y decide buscar más libros del mismo autor, para darse de bruces con un misterio gordo gordísimo, y es que Julián Carax escribió poco, se vendió mal y se conservó peor, y por tanto es dificilísimo hallar ejemplares suyos. Y aquí se acaba la (poca) lógica del argumento y comienzan los dislates.

Para empezar, El Cementerio de los Libros Olvidados, que es un sitio secretísimo (recordemos) está guardada por un anciano encorvado que además le abre la puerta al primero que llama (Daniel Sempere entra sin problemas con su novia, y más adelante, en la novela, ésta vuelve al mismo sitio para saber si Daniel anda por ahí), así que para qué tanto rito y misterio y nocturnidad y alharacas. En dicho edificio los libreros guardan lo mismo libros justamente olvidados de la historia que incunables y primeras ediciones (si ellos mismos no venden los bocados más suculentos para sus negocios, ¿de qué viven? ¿del contrabando?). La novela (y todas las demás de Julián Carax) atrapan inmediatamente a quien las lee, provocándole una suerte de epifanía, y sin embargo, apenas se venden (se ve que, o se tiene vida social, o se lee a Julián Carax, pero ambas condiciones no pueden darse en una misma persona); Sempere padre exhorta a su hijo Daniel a que cuide ese libro y no lo pierda de vista nunca... y lo primero que hace Daniel es leérselo a la ciega Clara y después regalárselo al padre de ella, en el primero de sus brillantes juegos de lógica que tanta coherencia aportan al desarrollo de la novela. Clara, como ya se ha dicho, pasa de Daniel y da en refocilarse con su señor profesor de música (que tiene la misma edad que ella), aunque jamás tocará bien el piano (siempre es difícil enseñar a una ciega a seguir partituras, sobre todo porque la ONCE tiene la desconsideración de no existir por aquellas fechas). Hay lío, el novio de la ciega cruje a bofetadas a Sempere junior, el cual sale a la calle malherido y bien baqueteado, traba conocimiento con un mendigo mugroso, y lo convierte en ayudante de la librería de su padre. Entre medias hay un señor llamado Laín Coubert, que tiene la cara quemada, que quiere comprarle el libro a Daniel, y él se niega, aunque no haya tenido reparos en regalárselo a un librero rival (el padre de Clara) que babea por el dicho libro, a lo que el tal Coubert miró al soslayo, fuese y no hubo nada. Este fair play de Coubert es tanto más notorio teniendo en cuenta que lo que pretende es quemar los libros de Julián Carax, y que en el pasado no tuvo reparos en quemar un almacén entero de libros, llevando a la ruina a una editorial, de paso. Pero se ve que Daniel lo pilla en el día bueno y éste, en lugar de chamuscar a Clara y compañía, se limita a desaparecer entre las sombras como El Fantasma de la Ópera (del cual Coubert copia el spleen y la estética). Fin del prólogo.

El nudo de la novela ocupa la mayor extensión de la misma, y transcurre entre los años 53 y, sobre todo, 54. Daniel ya tiene 17 años, y ahora sabemos que tiene un gran amigo desde la infancia (al que no ve desde antes del prólogo, en el que tenía 12... amistad probada, sin duda) y éste amigo tiene una hermana, a la que Daniel no soporta. Nuestro protagonista está decidido a saber más cosas de Julián Carax, con la inestimable ayuda del discretísimo Fermín. Como no tiene ni repajolera idea de por dónde empezar, decide preguntarle a Isaac, el portero del Cementerio ya que, según el brillante razonamiento de Daniel, todo portero de biblioteca se sabe al dedillo todas las referencias biobibliográficas de TODOS los autores almacenados, que es como decir que un ordenanza de la NASA es un experto en tecnología de satélites. Y, ¡oh, casualidad abracadabrante!, resulta que la hija de Isaac, Nuria Monfort, trabajaba en la editorial que publicaba a Carax y además era una mezcla de amiga/agente literaria del mismo. Tan sólo está el problema de que Nuria no se habla con su padre, y por eso Daniel, brillante estratega, lo primero que hace es irse a casa de la Nurieta (porque el padre y ella no se hablan desde hace años, pero ello no impide que él sepa su dirección) y decir que viene de parte del mismo. Y Nuria, como hace todo el mundo que recibe recomendados de parte de alguien a quien odia, decide darle toda la información que tiene. ¡A eso se le llama llegar y besar el santo! Daniel interroga a Nuria Monfort (e intante tirarse el lance con ella porque, según parece creer Daniel Sempere, si una mujer habla con él bien puede también acostarse con él, en otro destello de su brillante inteligencia). Nuria le da la dirección del padre de Julián Carax (y de paso nos dice que su marido está en la cárcel y tal y pascual, y qué dura es la posguerra para una mujer sola y desamparada en la vida, aunque está avejentada y hermosa al mismo tiempo, no trabaja y nunca ha dejado de ser pobre pero tiene dinero para mantenerse... ¿ustedes lo entienden? Yo tampoco)Daniel, que en toda la novela no deja de definirse como un pobre diablo ni muy guapo ni muy listo (de lo primero no hay constancia, pero de lo segundo ya nos va dejando sobradas pruebas) desarrolla de repente un encanto apabullante que lo lleva a engatusar a una portera para que le deje ver el piso vacío y abandonado de la familia Carax (recordemos, un piso abandonado cuando en los años 40 la falta de vivienda ahogaba a muchas familias españolas). Eso sí, esta vez Sempere Jr. no asalta sexualmente a la portera, cosa que la sensibilidad de los lectores agradece. De aquí pasa a un bufete de abogados, o mejor dicho, de abogado, porque sólo hay uno, a medio arruinar, y que, cómo no, entre col y col, lechuga, es decir, que de paso que proporciona información sobre la familia Carax divaga sobre las salutíferas propiedades del cotidiano folleteo -previo pago- con fembras placenteras.

Ésta es la mecánica narrativa que se repetirá durante toda la novela: Daniel Sempere encuentra a un testigo que le cuenta muchas cosas, y le remite a otro, que le cuenta otras muchas, que le remite a otro, que le cuenta muchas cosas, y le remite a otro que... Quiere la buena fortuna que, a pesar de que la historia de Carax transcurra en los albores de la Guerra Civil, y varios de los implicados pudiesen pasar por rojos, todos viven sin problemas en Barcelona y a pocas calles de distancia entre sí. Si tenemos en cuenta que al villano, inspector Fumero, se le describe como alguien que lleva años intentando vengarse de Julián Carax y de sus amigos, que planifica sus actos con la meticulosidad de un jugador de ajedrez, y que "tiende su tela como una araña" y luego esperar a que su presa caiga, no se explica que lleve 15 años in albis y que venga un crío de 17 y descubra todo el pastel... a no ser que la treta de Fumero (treta muy hispana) sea sentarse a esperar que venga un bobo y haga todo el trabajo (y si para eso hace falta esperar quince años, pues se espera, que para algo el villano es funcionario público).Según vamos conociendo la vida de Julián Carax (a quien se nos muestra como alguien dotado de un gran magnetismo personal, aunque jamás se nos dice por qué) más se despeña la novela por el escarpado terreno del folletín barato. Hijo ilegítimo, rechazado y maltratado por su padre putativo (quien, de modo doblemente inexplicable, no sólo repudia a su mujer por su embarazo extramatrimonial cuando YA SABÍA al contraer matrimonio que ella estaba embarazada y no de él, sino que, años después de haberle perdido la pista a ese hijo del pecado, se vuelve súbitamente padre amantísimo y bondadoso que ayuda a Nuria Monfort por ser amiga de ese retoño a quien tanto mal hizo y al que tanto añorará después), Carax es apadrinado por un rico industrial, al que divierte el "desparpajo" del chicuelo (por más que ese desparpajo consista en ser un criajo maleducado), y a resultas de tan inopinado padrinazgo es admitido en un colegio de gente bien. Allí hara varios amigos (tres, en concreto), de los cuales dos le ayudarán durante toda su vida (sin que Carax jamás haga nada por corresponderles la amistad en igual medida), se enemistará con otro y se ganará el odio mortal de un cuarto camarada, el tal Fumero. ¿Y cual es la tragedia de Carax? Que se enamora de la hija del rico industrial, hermana de uno de sus amigos a la que, cómo no, se lleva al catre (porque en esta novela todo el mundo tiene las hormonas revolucionadas), ganándose la enemistad del rico empresario, que resulta que era su padre biológico; la de su tercer amigo, que es hijo del empresario y por tanto viene a ser hermanastro y cuñado de Carax; y el odio mortal de Fumero, enamorado de la susodicha niña, más que nada porque parece ser la única mujer que en vida ha conocido el tal inspector. La chica queda embarazada, el padre la encierra, el hermano se amohína, Julián se larga a París y Fumero mata a sus propios padres (porque es muy malo).Todo esto se entrevera con la propia vida sentimental de Daniel Sempere, el cual decide enamorarse de la hermana que odia de aquel amigo del alma al que nunca ve. Esa hermana, Bea, que tampoco traga a Daniel Sempere, se reencuentra con él pasados varios años y, aunque él se muestra igual de grosero que en el pasado, ella parece decidir de repente que es el hombre de su vida y así no pasará más de un día y ella ya le está confesando a Daniel que "te amo, te adoro y te compro un loro". Bien es cierto que puestos a escoger, no hay comparación entre ayuntarse con Daniel y quedarse en Barcelona, o irse con su novio alférez a vivir a El Ferrol del Caudillo (que en la novela todavía se llama Ferrol a secas, como en los dichosos tiempos de la República), aunque sea el novio de muy buena familia (porque en España siempre fue particularmente apreciado el rancio abolengo de la nobleza ferrolana, que nunca hubo, dicho sea de paso). Daniel la conquistará por el siempre efectivo procedimiento de invitarla a tomar café con patatas bravas (combinación que llenaría de espanto a Ferrán Adriá) y llevándola al Cementerio de los Libros Olvidados, que a este paso va a recibir más visitas al año que el Museo del Prado. Casualmente, la antigua casa del amor juvenil de Julián Carax es propiedad del padre de Bea, y ésta la usa como casa de citas para dedicarse al carnal trato con sus amantes ocasionales (todos sabemos que la española media de 1940 estaba muy liberada sexualmente). Como de esos polvos vienen estos lodos, Bea también queda embarazada, su padre la encierra, el hermano se amohína y Fumero sigue dando la tabarra de fondo.¿Se fijan qué analogías entre la historia de Daniel y Julián? Pues no las hay, porque quitando la desafortunada tendencia a pegar el braguetazo de ambos, Daniel no es odiado por su padre, ni Carax es huérfano de madre, ni Daniel va a colegio de pago, ni Carax es librero, ni Daniel escritor, ni éste se tiene que fugar a París, y, sobre todo, Daniel no ha preñado a su hermana, y su problema con el padre de Bea no va más allá de un desflore no bien recibido.Entremedias, Fumero decide matar a Nuria Monfort, quien ha aprovechado para escribir en apenas dos días unas memorias que tienen en torno a 100 páginas de extensión (si es que el estar desocupada da para mucho); de hecho, dan para tanto que Nuria Monfort muere asesinada en 1954 a manos de Fumero, pero las memorias, que redondean y rematan la historia de Julián Carax, llegan a contar sucesos acaecidos en... ¡1955! Julián, aposentado en París (Francia), amortigua la añoranza tocando el piano en un prostíbulo parisino (nada mejor que llorar por la amada rodeado de furcias en deshabillé). Mientras, en Barcelona (España), su hermanastra embarazada y su hijo mueren durante el parto, el padre y al mismo tiempo suegro de Julián entierra a la hija y al bebé en el sótano, supuestamente para no dar a conocer el escándalo, pero sin embargo ordena crear toda una tumba de granito en dicha dependencia, que a todo esto también servía de bodega.

Ya estoy viendo la escena:

Criado: ¿El Señor tomará vino con la cena?

Señor: Tomaré un Chateau Nablis del 21.

Criado: ¿El que está en la quinta botillería a la derecha de la tumba secreta de su hija?

Señor: Ése mismo.

De paso, aprovechamos para saber que Nuria Monfort viaja a París para llegar a un acuerdo de publicación con Julián (el que nunca vende un libro pero al que nunca le falta quien le publique algo), se beneficia repetidas veces al sufrido apátrida, vuelve a España y se entera de que las ediciones de Julián las sufraga Miquel Monfort, amigo de la infancia de Carax y que se siente muy culpable no se sabe bien de qué, y que le publica a modo de desagravio (¿tan malas son las novelas que el darlas a conocer sirve de penitencia?), y entre libro y libro conoce los placeres de la carne en brazos de Nuria y se casan. Julián vuelve a España (porque en la España de los años 40 un español exiliado por razones poco claras y buscado por la policía cruzaba la frontera sin problemas y sin despertar la menor sospecha). Posteriormente Miquel se sacrificará en pro de su amigo Julián Carax, al empeñarse en un tiroteo con la policía con la documentación de su amigo encima, para que cuando muera acribillado crean que quien ha muerto es Julián. Este Miquel, parejo a Daniel Sempere en inteligencia, no parece caer en la cuenta de que Fumero, ya hecho inspector, fue amigo de infancia de ambos y los conoce perfectamente, así que el camelo no cuela. A cambio, Carax, como buen amigo que es, pasa a ocupar su identidad, vivir de incógnito en su piso, y dejarse querer por Nuria. ¡Olé la amistad bien entendida! Fumero, mientras tanto, que se muere de ganas de matar a Julián, sabe que a) Nuria Monfort y su marido han dado refugio a Julián al volver éste a España; b) que el Julián enterrado no es tal, sino Miquel Monfort, c) que Nuria sigue viviendo en su piso con alguien que dice ser su marido muerto, d) que Nuria propala a los cuatro vientos que su marido está en la cárcel. Y sin embargo se queda quieto durante una década y media a ver si viene un tal Daniel Sempere y le desembrolla el enigma. ¿Y éste es el estratega? ¿Ésta es la araña que tiende su tela? ¡El temible Fumero es un ceporro, más tonto que Abundio, el que fue a la vendimia y se llevó uvas para merendar!Julián Carax no tarda en enterarse del destino aciago de su amada, aunque, caritativamente, nadie le dice que la muerta más que novia, era hermana, y así, imbuyéndose de un autodesprecio súbito decide castigarsea sí mismo dedicándose a buscar y quemar todos los ejemplares de sus libros. Lo primero que hace es prenderle fuego al almacén de la editorial donde trabaja Nuria Monfort, haciendo quebrar la empresa, desempleando a Nuria y desfigurándose él la cara en el proceso (la influencia de la lógica formal Semperil es patente). Sí, lo han adivinado, Laín Coubert es Julián Carax.¡TRAS QUINIENTAS PÁGINAS, LLEGA EL TREMEBUNDO DESENLACE! En el abandonado palacete de los Aldaya (la familia destrozada por Julián) se refugia Bea, embarazada, Daniel va a buscarla; Julián Carax anda por ahí, no se sabe muy bien por qué, y Fumero llega a continuación, súbitamente inspirado por el Espíritu Santo sobre el paradero de Julián. Como es el desenlace, y es dramático, es de noche, y hay lluvia, y tormenta, y rayos. Fumero hiere a Daniel de un disparo. De repente aparece Julián Carax, que entretanto se ha convertido en Hulk (¡Julián destrozar! ¡Julian romper!), le aplasta la cabeza a uno de los policías que acompaña a Fumero, coje a éste, lo levanta en vilo, lo lanza por los aires y... ¡lo ensarta en el brazo extendido de un ángel de piedra que adornaba el jardín! (y que levante la mano a quien esta muerte le recuerde la del cura en BRAINDEAD). Bea llora mucho sobre Daniel, y Julián desaparece en las sombras mientras musita: "Llamadme... Darkman... digo, Carax."Daniel se recupera, se casa con Bea, tienen una vida feliz, tienen hijos y nietos, y en 1975 un anciano Daniel lleva a su nieto a el Cementerio de los Libros Olvidados... Claro que, si Daniel tiene 17 años en 1954, se casa en 1955 con dieciocho, en 1975 tiene 38 años... así que difícilmente va a ser abuelo de nada...Con este último disparate, finaliza LA SOMBRA DEL VIENTO.
Gracias por inventar eso de...Le sobran los lerdos! y por ser tan buen analista literario, por eso no dude en compartirlo aqui.

Wednesday, May 7, 2008

'Los bárbaros'


'Los bárbaros'
Alessandro Baricco

Este libro conforma un auténtico «ensayo por entregas» dedicado a la presencia de los nuevos bárbaros en nuestra sociedad. Como su ensayo Next, dedicado a la globalización, el autor afronta con inusual perspicacia y amenidad la existencia de quienes han contribuido al declive de la cultura burguesa occidental, que, sumida en una honda crisis de valores, se desintegra inexorablemente. Ante este acontecimiento, se alzan numerosas voces apocalípticas en nuestros días, voces de protesta que se niegan a intentar comprenderlo. Tal es precisamente el propósito último de Baricco: la elaboración de un análisis-mosaico que va más allá de la mera dicotomía clásica entre civilización y barbarie.

Tras visitar tres ámbitos particulares (el vino, el fútbol y la industria del libro, aldeas saqueadas que ejemplifican cómo libran sus batallas los nuevos bárbaros), el autor se detiene en Google, un avance tecnológico que, más que un símbolo, es el campamento o palacio de los bárbaros, ya que refleja su forma de entender la cultura como navegación rápida por la superficie, como búsqueda de espectacularidad... En cambio, el alma burguesa, tan bien representada por la obra de Ingres o Beethoven (pero también por las catástrofes del siglo XX), aboga por una cultura del esfuerzo que choca con el ansia de experiencias veloces que buscan los bárbaros.
En su brillante epílogo, la Gran Muralla china sirve para delimitar el proceso en el que nos encontramos: todo muro, real o imaginario, se levanta no tanto para contener como para trazar las diferencias entre identidades opuestas, sin percatarse de que, como en otras ocasiones de la historia, los bárbaros ya están aquí, no por haber llegado desde ninguna lejana frontera, sino porque son una mutación en el proceso de desarrollo de nuestra propia sociedad.

Un ensayo que no dejará a nadie indiferente: nos obliga a cuestionarnos qué lugar ocupamos en esa mutación. Así ha ocurrido en Italia, donde sus tesis se discuten acaloradamente, en especial en Internet.

Saqueos. Vino 1
Los bárbaros llegan de todas partes. Y esto es algo que nos confunde un poco, porque no podemos aprehender la unidad del asunto, una imagen coherente de la invasión en su globalidad. Uno se pone a discutir acerca de las grandes librerías, de los fast food, de los reality shows, de la política en televisión, de los chicos que no leen y de un montón de cosas de este tipo, pero lo que no conseguimos hacer es mirar desde arriba y captar la figura que las innumerables aldeas saqueadas dibujan sobre la superficie del mundo. Vemos los saqueos, pero no conseguimos ver la invasión. Ni, en consecuencia, comprenderla.

Creedme: desde arriba es desde donde tendríamos que mirar.
Desde arriba es desde donde, tal vez, pueda reconocerse la mutación genética, es decir, los movimientos profundos que más tarde, en la superficie, crean los desperfectos que conocemos. Voy a intentar hacerlo tratando de aislar algunos de los movimientos que me parece que son comunes a muchos de los actos bárbaros que observamos en estos tiempos. Movimientos que aluden a una lógica precisa, por difícil que sea descubrirla, y a una estrategia clara, por inédita que sea. Me gustaría estudiar los saqueos no tanto para explicar cómo han ocurrido y qué se puede hacer para retirarse de pie, sino para llegar a leer dentro de ellos el modo de pensar de los bárbaros. Y me gustaría estudiar a los mutantes con branquias para ver, reflejada en ellos, el agua con la que sueñan y que están buscando.

Empecemos partiendo de una impresión, bastante difundida, que tal vez sea hasta superficial, pero legítima: existen hoy en día muchos gestos, pertenecientes a las costumbres más elevadas de la humanidad, que, lejos de agonizar, se multiplican con sorprendente vitalidad: el problema es que en este fértil regenerarse parecen ir perdiendo el rasgo más profundo que tenían, la riqueza a la que habían llegado en el pasado, tal vez incluso su más íntima razón de ser. Se diría que viven prescindiendo de su sentido: el que tenían, y bien definido, pero que parece haberse convertido en algo inútil. Una pérdida de sentido.

No tienen alma los mutantes. No la tienen los bárbaros. Es lo que se dice. Es lo que declara el sheriff de Cormac McCarthy, pensando en su killer. «¿Qué le dices a un hombre que reconoce no tener alma?»
¿Os apetece estudiar el asunto más de cerca? He elegido tres ámbitos específicos en los que este fenómeno parece haberse manifestado en los últimos años: el vino, el fútbol y los libros. Me doy cuenta de que, sobre todo en los dos primeros casos, no nos encontramos frente a gestos neurálgicos de nuestra civilización: pero es esto precisamente lo que me atrae: estudiar a los bárbaros en el saqueo de aldeas periféricas, no en su asalto a la capital. Es posible que ahí, donde la batalla es más simple, circunscrita, sea más fácil discernir la estrategia de la invasión, y los movimientos fundacionales de la mutación.

Comencemos, pues, con el vino. Ya sé que quien sabe de vinos va a encontrar aquí cosas que ya conoce y que, por el contrario, quien no bebe se preguntará por qué tendría que interesarse por algo que no le importa lo más mínimo. Pero, de todas formas, vale la pena analizarlo.

Ésta es la historia. Durante años el vino ha sido un hábito de algunos países, de pocos: era una bebida con la que uno saciaba su sed y con la que se alimentaba. Tenía un uso extendidísimo y unas estadísticas de consumo impresionantes. Producían ríos de vinito de mesa y también, por pasión y por cultura, se dedicaban al arte verdadero y auténtico: era entonces cuando se hacían los grandes vinos. Lo hacían, casi exclusivamente, franceses e italianos. En el resto del mundo, hay que recordarlo, se bebían otras cosas: cerveza, bebidas de alta graduación e incluso cosas más raras. Del vino no sabían nada.
Esto es lo que sucedió después de la Segunda Guerra Mundial: los americanos que regresaron desde los campos de batalla franceses e italianos se llevaron para casa (aparte de un montón de cosas más) el placer y el recuerdo del vino. Era algo que les había impresionado. Los Europeos empezaron a mascar chicle y ellos empezaron a tomar vino. Mejor dicho, les habría gustado beberlo.
Pero ¿dónde iban a encontrarlo?....
en otra entrega hablare con mas profundidad de este circo mundial que
han provocado los norteamericanos con respecto al vino o mejor dicho
con su vino Vino Hollywoodense!
Napa Valley icon Robert Mondavi, Parker y sus "calificaciones", espectacularidad inmediata en el paladar, etc, etc
de todo eso habla el libro y lo traspasare a este blog.