Friday, November 23, 2007

El canon infantil de Harold Bloom


Martes 4 de febrero de 2003


El canon infantil de Harold Bloom

Con "Relatos y poemas para niños extremadamente inteligentes de todas las edades", Harold Bloom carga contra la cultura literaria que simboliza el fenómeno Harry Potter.

Harold Bloom escoge los clásicos para los chicos.NsxxxBuenos Aires, (Télam).- León Tolstoi, William Shakespeare, Arthur Conan Doyle, Charles Dickens, Gogol, Chesterton no son, precisamente, los nombres más citados en materia de literatura infantil: sin embargo, el crítico Harold Bloom (Nueva York, 1930) los ha incluido en un canon de lecturas que saldrá a la venta, con todos los honores, el 15 de este mes.El título del libro, que lanzará el sello Anagrama, lo dice prácticamente todo: "Relatos y poemas para niños extremadamente inteligentes de todas las edades". "No acepto la categoría de "Literatura para niños" -dice Bloom en la introducción al volumen-, que hará un siglo poseía alguna utilidad y distinción, pero que ahora es más bien una máscara para la estupidización que está destruyendo nuestra cultura literaria"."Casi todo lo que ahora se ofrece comercialmente como literatura para niños sería un menú insuficiente para cualquier lector de cualquier edad en cualquier época. Yo leí casi todo lo que he reunido en este libro entre los cinco y los quince años, y he seguido leyendo todos estos relatos y poemas desde los 15 hasta los 70", señala el crítico en el prólogo de su flamante obra.Desde que tuvo la buena idea de publicar su controvertido ensayo "El canon occidental" (de más de 500 páginas, en 1995), Bloom es amado y odiado con la misma intensidad por "los unos y los otros" que estuvieron a favor y en contra de su canonización de sólo 26 autores como los más representativos de la literatura universal (entre sus elegidos figuran Dante Alighieri, William Shakespeare, León Tolstoi, Miguel de Cervantes y sólo dos latinoamericanos: Pablo Neruda y Jorge Luis Borges).Al investigador -profesor de Humanidades en la Universidad de Yale y autor de "La angustia de las influencias", "La Cábala y la crítica", "Los vasos rotos" y "El libro de J", entre otros libros- no le interesa esta vez llevar al lector a una polémica abierta con la crítica ideológica norteamericana, aunque no deja de atribuirle la responsabilidad de haber "ocultado", por ejemplo, a Thomas Mann durante 30 años, o "perseguido" a Ellison -que era negro- "por haber colocado al arte sobre la ideología". La nueva obra de Bloom está dividida en cuatro estaciones: los textos más adecuados para leer en primavera, en verano, en otoño y en invierno, según un criterio temático o la época en que se desarrolla cada título.El autor más citado es Lewis Carroll, sin duda uno de los predilectos del ensayista: "Estar a solas con un buen libro es ser capaz de comprenderte más a ti mismo. Releer los libros de "Alicia" de Lewis Carroll es recordar lo fuerte que es Alicia, y puede ser una manera de compartir su independencia". Otros escritores que aparecen son Rudyard Kipling, Mark Twain, H. G. Wells o R. L. Stevenson: la mayoría de los autores seleccionados pertenecen al siglo XIX, porque según el ensayista "tras la Primera Guerra Mundial, diversas oleadas de lo que entonces se llamaba "modernismo" acabaron con la especulación y el asombro visionarios" que unifican un volumen con predominio de la literatura fantástica.Para Bloom, el problema no es si los niños leen ahora más o menos cantidad de libros que antes: "la cuestión fundamental, el meollo de todo el asunto, es qué se lee", sostiene.El autor también afirma ser "lo bastante anticuado y romántico como para creer que muchos niños, dadas las circunstancias adecuadas, son lectores por naturaleza hasta que su instinto es destruido por los medios de comunicación".Los textos seleccionados no son siempre una obra completa -un poema, un relato- sino que, en ocasiones, hay fragmentos de libros más extensos (en el caso de Shakespeare, por ejemplo).Sin embargo, el crítico asegura haber desechado todos aquellos textos que presentaban un elevado grado de complejidad formal y afirma que no hay en ellos ninguna dificultad que un niño no pueda superar con un poco de esfuerzo. Tampoco ha querido indicar las edades adecuadas para cada texto, porque "eso sería dirigir la lectura". Los futuros compradores de la obra deberán tener en cuenta, sin embargo, que el volumen decepcionará a los que esperen grandes elucubraciones teóricas sobre la materia: se trata básicamente de una selección de textos literarios... con el sesgo controvertido que pocos como Bloom pueden generar.

" Hasta Siempre " de Carlos Puebla


Aprendimos a quererte,
Desde la histórica altura,
Donde el sol de tu bravura
Le puso cerco a la muerte
Aquí se queda la clara,
La entrañable transparencia
De tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.
Tu mano gloriosa y fuerte
sobre la historia dispara,
cuando todo Santa Clara
Se despierta para verte.
Aquí se queda la clara,
La entrañable transparencia
De tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.
Vienes quemando la brisa
con soles de primavera
para plantar la bandera
con la luz de tu sonrisa
Aquí se queda la clara,
La entrañable transparencia
De tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.
Tu amor revolucionario
te conduce a nueva empresa,
donde espera la firmeza
de tu brazo libertario.
Aquí se queda la clara,
La entrañable transparencia
De tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.
Seguiremos adelante
como junto a ti seguimos
y con Fidel te decimos :
«¡Hasta siempre Comandante!»
Aquí se queda la clara,
La entrañable transparencia
De tu querida presencia,
Comandante Che Guevara

HAROLD BLOOM HACE UNOS ANOS EN BARCELONA


Muestro las declaraciones del especialista literario Harold Bloom, quien estuvo en Cataluña (España) hace algunos anos (5) recogiendo un premio y se despachó a gusto con la prensa hablando de literatura. Esta vaca sagrada opinó. Aquí lo que dijo para que saques tus propias conclusiones.

HAROLD BLOOM
Critico Literario
'Los lectores están en peligro de desaparición'
A su llegada a Barcelona, con su enormidad derrotada en una butaca del hotel, cansado y con jet lag, Harold Bloom parecía una ballena varada entre las rocas. Hablando casi en susurros, con los ojos semicerrados, Bloom agradeció haber sido elegido para el Premio Internacional Catalunya, que recibirá hoy en la Generalitat.
'Evidentemente, estoy muy contento de recibir el Premio Catalunya', señaló, 'porque en los círculos en los que me muevo se me considera un crítico controvertido. Yo no siento que lo sea, pero esto debe de ser indicativo de que hay algo que no marcha bien'. Al apuntarle que quizá todo se deba a sus frecuentes ataques contra la que él llama Escuela del Resentimiento, formada por profesores y críticos que priman, sobre todo, los estudios literarios desde el punto de vista étnico o feminista, Bloom se animó y explicó: 'No hace mucho recibí un libro terrible. El título era Bloom on Shakespeare y reunía ensayos escritos por universitarios resentidos contra mí. En uno de los artículos se decía que yo era un racista porque me negaba a reconocer las dificultades que plantea ser un negro en Otelo, o porque insistía en que Calibán, tal como dice el texto de Shakespeare, es hijo de una bruja africana. Seguían artículos de feministas que me acusaban de misógino y acababa con los sospechosos habituales. La verdad es que hojeé el libro y sólo sirvió para provocarme una sonrisa amarga'.
Bloom relató también una triste experiencia en la Universidad de Stanford, donde los 'políticamente correctos' le insultaron y abuchearon. 'Hace ya años que en mi país y en todos los países anglosajones no se está enseñando literatura en serio', lamenta. 'Si esto sigue así, primando la enseñanza de la literatura en función del género, la etnia, las tendencias sexuales o las opiniones políticas, la sociedad acabará autodestruyéndose'.
Para ilustrar su opinión, Bloom recordó una frase de Thomas Mann en la que compara la obra literaria bien hecha a un mueble que durará siglos. Y añadió: 'A los que me abucheaban en Stanford les dije: 'A vosotros sólo os interesa si una mesa la ha hecho una carpintera lesbiana, de origen mexicano y de ideas revolucionarias, pero os olvidáis de lo más importante: que tenga cuatro patas y esté bien construida'.
A la pregunta de que si cree que los lectores son una especie en extinción, Bloom resopló y dijo: 'Si miramos la enorme masa mundial, supuestamente compuesta por una población alfabetizada, tenemos que admitir que los lectores están en peligro de desaparición. Por otra parte, sin embargo, en los últimos ocho años he dedicado mucho tiempo a dar conferencias por Estados Unidos y por varios países europeos y he de confesar que he encontrado muchos lectores interesados. Entre ellos había blancos, negros, asiáticos, jóvenes, mayores, hombres, mujeres, doctores, abogados, hombres de negocios... En fin, personas de todo tipo. Me emocionó saber que hay gente que lee mucho. De mi último libro, publicado el pasado octubre en Estados Unidos, se ha hecho una primera edición de 200.000 ejemplares, lo que significa que hay muchos lectores interesados en lo que escribo. Hay países sin embargo, como el Reino Unido, donde la Escuela del Resentimiento es totalmente dominante. Las universidades de EE UU también están infectadas. Allí ya no se enseña literatura en serio. Pero es evidente que en el mundo hay cientos de miles de lectores solitarios que son muy valiosos. Esto me hace confiar en que la lectura no será destruida por culpa de la era de la información. Pienso, pues, que a veces subestimo la fortaleza de los lectores residuales'.
'Si los de Harry Potter son los libros más populares, tenemos un problema terrible'
Al hablar del fenómeno Internet, Bloom se mostró cauto. 'Si hablamos de un joven que ha recibido una buena formación, Internet puede ser una herramienta muy útil', afirmó. 'Me encanta que en Internet puedan encontrar todo tipo de información valiosa, pero el que acude a Internet sin haber sido previamente formado corre el riesgo de morir ahogado en un océano de información. Cuando leo sobre la red mundial de Internet no puedo evitar pensar en la imagen de una gran tela de araña que atrapa a los incautos'.
Al hilo de sus pensamientos y de sus lecturas recientes, Bloom se puso por sorpresa a hablar del fenómeno Harry Potter. 'Me leí Harry Potter y la piedra filosofal. ¡Qué mal escrito está! Está lleno de frases tópicas y de repeticiones. Francamente, me decepcionó mucho. Si los de Harry Potter son ahora los libros más populares en todo el mundo, tenemos un problema terrible'.
Ávido lector en distintas lenguas, al hablar de literatura catalana, Bloom destacó en especial seis nombres: Ramon Llull, Ausiàs March, J. V. Foix, Joan Perucho, Mercè Rodoreda y Salvador Espriu. 'Sé que ahora se considera que la fama de Espriu fue hinchada por motivos políticos', comenta, 'pero creo que él no escribió una poesía para salvar la lengua catalana. La suya es una poesía lírica en el aspecto más internacional, comparable a la de Celan, Valéry o Cernuda. El comité del Nobel ha cometido muchos pecados y uno de ellos fue el de no dar el premio a Salvador Espriu. Creo que se lo merecía'.
En lo concerniente al Nobel, Bloom también se extendió sobre Toni Morrison. 'Ella es una persona maravillosa que se ha proclamado feminista, afroamericana y marxista', dijo. 'Yo no sé en qué consiste ser marxista, pero sus tres últimos libros son una pura mierda. Antes escribía muy bien e incluso le dieron el Nobel, pero es que los criterios del comité del Nobel son escandalosos'.
Una España muy cambiada
Harold Bloom recordó ayer una visita a España en el invierno de 1958-1959. 'Yo iba a enseñar literatura en la Universidad de Jerusalén y, antes de viajar a Israel, mi mujer y yo decidimos hacer una visita a Madrid y Barcelona. La España que recuerdo de entonces era oscura y pobre. En Madrid me sorprendió el desprecio del régimen por la Universidad, y recuerdo que al llegar en tren a Barcelona encontramos la estación llena de policías y guardia civiles con ametralladoras. Ahora, por suerte, lo encuentro todo muy cambiado. Madrid ha resurgido de sus cenizas como el Ave Fénix y Barcelona parece una ciudad totalmente nueva'. Bloom abrió, con una intervención realizada por videoconferencia desde Barcelona, el Simposio Internacional sobre Luis Cernuda, que se desarrollo en la Residencia de Estudiantes de Madrid y en la Universidad de Sevilla. Bloom definió a Cernuda como 'un poeta sublime, que roza los límites de la literatura, fue el menos cristiano y el menos español de todos los poetas españoles', dijo.
En esa estancia de diez días en España, Bloom viajaro a Mallorca y a Valencia, donde participo en distintos actos. Despues regresaro a Barcelona para presentar su último libro, El futuro de la imaginación (Anagrama y, en catalán, Empúries). Tras confesar su admiración por el autor del Quijote, Harold Bloom señaló: 'Cervantes es la verdadera Biblia de España'. Posteriormente elogió a Borges e insistió en que Les històries naturals, de Joan Perucho, es un libro equiparable a las obras de Calvino, que no ha obtenido la atención internacional que se merece. Bloom habla en un tono cansado, pero vibra cuando el tema es la literatura, y saca sus afiladas armas en contra de la Escuela del Resentimiento. 'En las universidades anglosajonas se está enseñando una literatura mediocre, y los estudiantes que salen de allí también serán mediocres y transmitirán un saber mediocre'.

Michelin valora a la baja la gastronomía española



HOY
SE PUBLICA
LA GUÍA GASTRONÓMICA
MICHELIN DE 2008


jueves 22/11/2007


Sólo cinco estrellas más que el año pasado. Un nuevo chasco para la pujante restauración patria, que ve como otras potencias del buen comer son, comparativamente, mejor valoradas por la biblia oficiosa de la gastronomía internacional.

La guía roja de Michelin, la verdad, nunca ha sido demasiado generosa con Espana. Y en la 36 entrega de la misma, que sale a la venta este jueves 22, la tacañería de sus anónimos inspectores sigue siendo proverbial.

Efectivamente, en la edición 2008 dedicada a España y Portugal, la popular casa de neumáticos se mantiene en sus trece: de 2.090 restaurantes seleccionados, apenas 134 resultan agraciados con estrellas, símbolo por el cual la empresa francesa designa las "cocinas excepcionales que merecen el viaje" (3 estrellas), las "excelentes que justifican un rodeo" (2 estrellas) o las que la guía considera simplemente "muy buenas en su categoría" (1 estrella).

Una escuálida nómina de premiados si se compara con la generosidad de Michelin en otros países. Para muestra, un botón: en la inminente guía roja de Tokio (la primera que se consagra a la capital japonesa), se cuentan 150 locales estrellados: más que en toda la geografía española.

¿Pero no habíamos quedado en que Espana era el faro de la ultimísima revolución culinaria mundial? Pues no para estos señores, que se mantienen firmes en sus convicciones de que a la restauración pública en la piel de toro "le falta más regularidad y más rigor".

De acuerdo con eso, naciones como Francia (con 527), Italia e incluso Alemania triplican o doblan a los espanoles cómodamente en estrellas; no sólo en cantidad, sino en la calidad de las mismas.
Por ejemplo: sólo seis comedores españoles triestrellados (Akelarre, Arzak, Martin Berasategui, El Bulli, Can Fabes y Sant Pau), o sea, incluidos en el Olimpo del gourmetismo planetario, por nada menos que 26 galos u nueve germanos.

Los profesionales, aficionados y críticos peninsulares llevan años quejándose de esa racanería y se contentaban, en los últimos tiempos, al constatar que Michelin iba abriendo el grifo de las condecoraciones ascendiendo anualmente a algún maestro celtíbero a la primera división: en 2007, Subijana; en 2006, Carmen Ruscalleda. Pero el grifo parece haberse cerrado esta temporada.

Ningún tres estrellas nuevo en España
Atengámonos a las cifras. ¿Algún nuevo tres estrellas? Ninguno. Se rumoreaba la posibilidad de El Celler de Can Roca, pero parece que la mudanza de este templo gerundés hará esperar doce meses más su definitiva ascensión a los altares. ¿Algún local agraciado con el segundo macarrón (que es como llaman a estas medallas en Francia)? Sólo uno: el barcelonés Abac; sin duda merecido, pero podían haber sido más (Ca Sento, en Valencia; El Bohío, en Illescas; Casa Gerardo, en Prendes... por citar unos pocos).

¿Nuevos restaurantes estrellados? Catorce. A saber: Comerç 24 (Barcelona), Yayo Daporta (Cambados), Kokotxa (San Sebastián), Kursaal (San Sebastián), Arrop (gandía), Massana (Gerona), Azurmendi (Larrabetzu), Club Allard (Madrid), Calima (Marbella), Els Casals (Sagàs), Retiro da Costiña (santa Comba), Villena (Segovia), El Molino de Urdániz (Urdániz) y Ramiro's (Valladolid). ¿Estrellas suprimidas? Nueve, que son: Posada de la Casa del Abad (Ampudia), Aldebarán (Badajoz), Koldo Royo (Palma de Mallorca), Jean Luc Figueras (Barcelona), Gallery (Gijón), Carballeira (Lérida), Casa d’A Troya (Madrid), Mesana (Marbella) y Chez Víctor (Salamanca).

Sin entrar a valorar la oportunidad de la concesión o retirada de estas condecoraciones, los números cantan: si la guía roja 2008 le otorga a España 14 nuevos galardones pero le quita 9, sólo han ganado cinco en un año. O sea, que, si siguen a este ritmo (que parece que sí), van a tardar milenios en ponernos al nivel de otras presuntas potencias culinarias.

"Si alguno de nuestros doce inspectores no tiene claro que un local se merece una estrella, es muy probable que no se la demos", opina un portavoz de la firma. "La generosidad de otros países no debe de condicionarnos. Este es nuestro criterio y no se trata de una competición entre naciones. Quizá los inspectores de otros países puedan ser más chauvinistas, no lo sé. Lo cierto es que todos nos regimos por el mismo código", prosigue.

Mientras la patria de Adrià, de Arzak, de Madrid Fusión, del jamón Joselito y de otras glorias gastronómicas reverenciadas en todo el orbe sufre este nuevo baño de humildad (y ya van...), la empresa de neumáticos sigue ampliando su línea editorial de guías rojas.
Con 107 años de historia, cuenta hoy con 19 títulos que abarcan 22 países, entre los que destacan, por recientes, los volúmenes dedicados a Nueva York, San Francisco, Las Vegas, Los Ángeles y Tokio. En plena apuesta por el Nuevo Mundo, Michelin deja otra vez con ganas de más a España.

Tendran que consolarse con saber que uno de los nuevos triestrellados alemanes lleva por nombre Amador y su chef, Juan Amador, es de padres granadinos. Un discípulo confeso de esa rutilante nueva cocina española que deslumbra a todos, menos a los empleados de la compañía de Clermont-Ferrand.

Dietrich Schwanitz


«La literatura propicia la comunicación sin fronteras»
Tambien podria decirse que:
“La Cultura facilita la tolerancia, el entendimiento y la comunicación sin barreras”
El autor alemán Dietrich Schwanitz dejo un libro «brújula» sobre todo lo que hay que saber .Fue catalogado por unos como «un libro atrevido» que osa decir lo que es culto y lo que no; valorado por otros como una propuesta valiente y concreta para tiempos de confusión en el ámbito de la enseñanza, el libro del alemán Dietrich Schwanitz La cultura, todo lo que hay que saber lleva vendidos en todo el mundo más de un millón de ejemplares.

Hay crisis en la educación superior mundial, en la enseñanza. Muchas de las reflexiones que se encierran en La cultura parten de la experiencia alemana, pero se pueden aplicar a España, Mexico y a otros países europeos, donde el bajo nivel de formación es evidente.

«En el caso concreto de Alemania», señaló Schwanitz, «el sistema educativo está muy fragmentado, más después de la reunificación, y es necesario encontrar el modo de que los estudiantes puedan comunicarse y orientarse a través de unos conocimientos afines».

Fue precisamente esta apreciación, reforzada mientras impartía sus clases de Filología inglesa en la Universidad de Hamburgo, lo que llevó al autor a plantearse la necesidad de escribir esta guía cultural, esta especie de brújula que orienta al lector en distintos campos del saber: desde la Historia a la ciencia, pasando por la política, la literatura, el arte, la música...
Carácter divulgativo
Un libro, en fin, de carácter divulgativo, para todos los públicos, que debe ser tomado, como «un punto de partida para seguir estudiando e investigando en lo que más interese a cada cual».

Lo que da unidad a la entrega, lo que la dota de sentido, es que todas las lecturas recomendadas tienen que ver con la construcción de la época moderna, «con el desarrollo de los conceptos que en un momento dado cambiaron el mundo», afirma Schwanitz, quien lanza en el prólogo las siguientes preguntas: «¿Qué ha dicho Heidegger que no supiéramos ya?», «¿Dónde estaba el inconsciente antes de Freud?».

Cuestiones que encuentran respuesta en un libro que pretende ofrecer una visión global de la cultura europea, alentando a la reflexión.

«Tenemos que saber»,Tenemos que acercarnos a la literatura para apreciar los enigmas, el lado más íntimo de nuestra sociedad. Si conocemos a Don Quijote, a Hamlet, a Fausto, a tantos otros personajes de la literatura, podremos sentar bases de comunicación más allá de las fronteras nacionales».

La cultura ayuda al hombre a conocerse a sí mismo y a percibir los constantes cambios de la sociedad, se sostiene en este libro que puede ser criticado como cualquier obra que tienda a establecer canones del saber, pero uno de cuyos méritos radica en que anima al lector a luchar contra tanta información basura de carácter efímero y a reflexionar sobre el poder de los medios, sobre la necesidad de controlarlos.

Y todo eso sin olvidar su aspecto irónico, de juego, «algo fundamental», según Dietrich Schwanitz, para quien la solemnidad y la seriedad excesivas han hecho muy poco a favor de la cultura. En este sentido, el libro incluye un curioso capítulo en el que se hace repaso a todo aquello que no habría que saber: conocer con todo lujo de detalles los chismorreos y vidas de los personajes publicos, las historias del HOLA por ejemplo, o las incidencias de los reality-shows o concursos televisivos, «a no ser que se hable de ellos como parte de un estudio sobre los medios de comunicación de masas».

QUE ES SER CULTO? O Bildung. Dietrich Schwanitz


Con este texto el académico alemán confirma su amor al arte y la cultura, pero sobretodo al projimo.
Más que un canon y mejor que una ordenanza es la interpretación que de forma apastillada aplica el alemán Dietrich Schwanitz para ofrecer una guía de formación en su libro La cultura. El título del amplio volumen parece pretencioso y acaso demasiado ufano de sí mismo, pero la estructura comedida y el discurso con evidentes matices didácticos hacen entender muy pronto que el libro no es una enciclopedia sino una guía de lectura.

Ese carácter antidogmático es el que singulariza a Schwanitz, quien se ha manifestado públicamente, como ocurrió hace unos meses en España, en contra de apreciaciones culturales como las que propone Harold Bloom, a quien el alemán no considera propositivo sino impositivo.

El libro, está dividido por principio en dos amplios apartados: saber y poder. En Saber, el autor hace un repaso capitular como sigue: Historia de Europa, La literatura europea, Historia del arte, Historia de la música, Grandes filósofos, ideologías, teorías y concepciones científicas del mundo e Historia del debate sobre los sexos. En Poder, está el recuento de las ideas: La casa del lenguaje, El mundo del libro y de la escritura, Geografía política para la mujer y el hombre de mundo, Inteligencia, talento y creatividad, Lo que no habría que saber y La reflexión del saber.

Dietrich Schwanitz sabe ser lo mismo un tanto cuanto provocador que muy sereno. Provoca cuando en el capítulo a "Lo que no habría que saber" incluye en un apunte como el que sigue: "A los hombres, excepto a los intelectuales, les convendría ignorar ciertas cosas, sobre todo en materia de futbol. El que sea capaz de decir cómo jugó el Schalke frente al Borussia Dortmund en 1969, quién metió los goles y qué jugadores fueron sustituidos durante el partido, está demostrando ser un experto en futbol; pero es bastante más difícil que al mismo tiempo sea un conocedor de la obra tardía de Goethe, incluidos sus trabajos de morfología. No obstante, después de 1969 se consideró chic que los intelectuales tuviesen conocimientos de futbol, siempre que además se fuera marxista o al menos sociólogo y se buscara el contacto con las masas trabajadoras".

Y es sereno, cuando dice con enorme tino: "Toda ostentación, incluida la cultural, es absolutamente incompatible con el concepto de cultura. La fanfarronería lo único que delata es la ignorancia. La cultura no se ostenta, no es un campo en el que se busque el aplauso de los demás. Está totalmente prohibido demostrar la inferioridad del interlocutor sometiéndolo a una batería de preguntas; el esnobismo cultural es una prueba de incultura. La capacidad de comportarse civilizadamente forma parte de la cultura, cuyo verdadero objetivo es una comunicación libre de coacción".

Humanista, profesor al fin, la intención de este best-seller cultural (500 mil ejemplares vendidos tan sólo en Alemania) en voz de Schwanitz puede sintetizarse en esta expresión suya:
"La cultura es la forma en que espíritu, carne y civilización se convierten en persona y se reflejan en el espejo que son los demás".
Creo que no importa cuánto se lea, ni qué tan rápido. Lo cierto es que, en la actualidad es prácticamente imposible leer todo lo necesario para considerarse un hombre universal al estilo de Da Vinci.
Hay muy poca gente capaz, hoy en día, de tener un conocimiento amplio sobre las bases de la cultura occidental. Aún los eruditos deben discriminar mucha información y especializarse para poder conocer un tema a profundidad.

En esta sociedad de conocimiento fragmentario, este libro es un oasis en el desierto, una guía que enmarque algunas de las lecturas indispensables que se deben hacer, con un marco histórico, social, filosófico y, en general, cultural.

En conclusión, "La cultura" es un libro pensado para aquellos a quienes la vida no nos alcanza para leer todo lo que tendríamos que leer y nos permite tener una visión a ojo de pájaro, de cuáles son nuestros principales huecos culturales, para que, el lector ocupado seleccione mejor su próxima lectura, visita a museo o adquisición de material discográfico.
"La cultura" es nuestra Beatriz, en el infierno de las grandes librerías abarrotadas de basura "New Age".

Para mi gusto personal, tiene un defecto menor: está orientado a la cultura alemana y el autor ignora a los grandes escritores latinoamericanos modernos como Borges y García Márquez, sin embargo, no se puede, en un texto tan conciso, cubrir toda la gama cultural de los últimos 3,000 años.
Siempre recordaremos a Dietrich como un ser humano lleno de amor a la cultura y al ser humano.