Saturday, July 19, 2008

EL MONTE ANALOGO



René Daumal es un ‘bicho raro’ de la literatura, uno de esos escritores que, tal vez si hubiesen vivido más tiempo —o hubiesen tenido mejor suerte con sus creaciones—, habrían merecido cierta atención.
“El monte análogo” fue la última obra que escribió; tan última, que expiró (literalmente) en mitad de una frase y la novela quedó, pues, inacabada. Un hecho que, aun cuando no es óbice para considerar el libro como un magnífico relato, supone un tremendo contratiempo a la hora de valorarlo. La editorial Atalanta ha optado por incluir unos apéndices de los editores franceses en los que, gracias a unas notas de Daumal, se trata de ‘reconstruir’ el proyecto original del escritor y de ofrecer al lector unas pistas para que pueda imaginar el final de la novela. Sin embargo, la cruda realidad es que no hay nada que pueda sustituir al propio creador, y se echa de menos esas páginas que nunca saldrán de la mano de René Daumal.
Y dice uno que se echan de menos porque, en verdad, “El monte análogo” es un libro excelente. Metáfora vital, viaje iniciático o novela de aventuras: todo en uno, pero el conjunto no es indigesto, sino, por el contrario, un placer para cualquier paladar (literario).
La trama es sencilla: Pierre Sogol, un excéntrico personaje (científico, aventurero, ensayista y mil cosas más), se pone en contacto con varias personas para iniciar un viaje en busca del monte análogo, una montaña legendaria que, supuestamente, une la tierra con el cielo y que, en consecuencia, puede albergar conocimientos y saberes indescriptibles. Encerrada en un trozo de espacio curvo que la convierte en casi inaccesible, esta elevación se convierte en una meta casi moral para los integrantes de la expedición, según nos cuenta, en primera persona, Théodore, el narrador que se encarga de llevar el diario de viaje de la expedición. Los aventureros conseguirán atravesar esa región ‘curvada’ del espacio, pero descubrirán que para la ascensión al monte análogo necesitarán de todas sus fuerzas y experiencias.
No es necesario afinar mucho para darse cuenta de que el viaje es más trascendente que físico; obsesionado por la filosofía oriental y la metafísica, Daumal propone al lector una experiencia iniciática de la mano de ese grupo de alpinistas: el monte análogo es tanto monte como alma, tanto espejismo como realidad. No en vano la novela lleva como subtítulo “Novela de aventuras alpinas no euclidianas y simbólicamente auténticas”. Como un Bunyan o un Dante, el francés se proponía ejemplificar una madurez interior a través de la exposición de un recorrido real; la muerte, sin embargo, torció su propósito.
Aun cuando, como hemos dicho, su inconclusión le reste enjundia, “El monte análogo” es una novela magnífica, interesante, divertida y de una viveza extraña; merece la pena atreverse a su ‘ascenso’.

Friday, July 18, 2008

Thursday, July 17, 2008

Madrid!

Miro y Yo.